José Cavero – La liberación de Ingrid

MADRID, 3 (OTR/PRESS)

Las horas siguientes al desarrollo del pleno del congreso sobre la crisis económica suelen ser de meditación o reflexión acerca de lo sucedido y del protagonismo e interés de cada participante. En esta ocasión, esos efectos duraron poco, por razón de las informaciones que muy poco después llegaban desde Colombia, y que daban cuenta de la liberación de Ingrid Betancourt y otros compañeros de secuestro.

Ingrid y otros catorce rehenes de las FARC fueron rescatadas, en la sorprendente y audaz Operación Jaque, tras seis años de cautividad en la selva colombiana.

Las fotografías y las cartas de Ingrid Betancourt causaron hace un año una extraordinaria sensación y demostraciones de pavor, apenas se hicieron públicas. Mostraban a la antigua candidata a la presidencia de Colombia derrumbada de cuerpo y de espíritu, tal vez a punto de su fallecimiento, víctima del cautiverio y los malos tratos.

Desde entonces, muchos países y sus cuerpos diplomáticos se pusieron en marcha para resolver un drama terrible para la propia Ingrid, depauperada y con una pésima imagen reflejada en las fotografías que se difundieron. Aquellas gestiones diplomáticas quedaron sin solución por causa de las actuaciones del ejército colombiano contra las guerrillas de Tirofijo.

Luego, la muerte de Marulanda y su relevo por otro guerrillero, la muerte de un destacado colaborador de los jefes de las FARC y con ella, el rescate de un ordenador con muchos datos estratégicos de las FARC, y no pocas confidencias que dejaron al descubierto a Hugo Chávez y sus implicaciones y buena relación con la guerrilla…

Y finalmente, esta Operación Jaque, de la que ahora hemos tenido noticia, y que consistió en introducir a soldados del Ejército colombiano entre las guerrillas y convencer a los guardianes de los secuestrados de la conveniencia de agruparlos en un determinado lugar de la selva en el que, finalmente, estaba el helicóptero liberador.

Todo con tintes de película de aventuras, que por fortuna, salió bien, muy bien, y que está mereciendo las felicitaciones de todo el mundo al presidente colombiano Uribe, a sus fuerzas armadas y a Betancourt y los otros catorce liberados.

El Mundo entero parece haber respirado gozoso, por más que siguen siendo varios centenares los secuestrados que aún siguen en poder de las guerrillas colombianas en sus selvas.

Por cierto, que esas otras personas privadas de libertad y en poder de las guerrillas han sido uno de los primeros recuerdos que tuvo Ingrid, y su promesa de que no los olvidará hasta que, como ella, recuperen su libertad.

Y entre tanto, la antigua candidata presidencial recuperaba sus anteriores hábitos de mujer libre, re-aprendiendo, como ella describía, a abrir y cerrar una puerta, a disfrutar de agua corriente o de agua caliente, después de seis años de privación de todas estas comodidades, y de privación, sobre todo, de su libertad.

José Cavero.

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