Carlos Carnicero – En el PSOE se persigue la experiencia.


MADRID. 16 (OTR/PRESS)

La última demostración de la guerra generacional y contra el talento que se ha implantado en el PSOE de Rodríguez Zapatero es la decisión de dejar fuera de las listas del Parlamento Europeo a dos de los más eficaces parlamentarios de este partido: Emilio Menéndez del Valle y Carlos Carnero.

Acabamos de conocer el resultado del Eurobarómetro que determina la desafección de los ciudadanos de la mayor parte de los países europeos hacia la Unión Europea. Y razones no faltan: la crisis económica manifiesta la esclerosis de las estructuras; el referéndum de Irlanda ha paralizado las reformas. Y para más trabajo en contra de la Unión, los partidos emplean las listas europeas para satisfacer compromisos o enterrar elefantes. Sin duda que en las listas del PSOE hay gente muy valiosa. Ramón Jáuregui es un lujo en ellas. La nieta de Rubial es mucho más que eso, que ya es mucho. Jáuregui quizá debiera estar en el Gobierno o en la ejecutiva del PSOE; como Francisco Fernández Marugan o Txiki Benegas. Pero el talento y la experiencia produce urticaria en el presidente de Gobierno que quiere liquidar los últimos vestigios de sus orígenes y cualquier manifestación de talento que no sea inevitable. Ahora, angustiado por las encuestas, ha tenido que transigir e introducir en el Gobierno a algunas personas importantes del partido, como Manuel Chaves o José Blanco. Veremos si digiere una presencia tan fundada.

En el caso de Emilio Menéndez del Valle el disparate de prescindir de él es enciclopédico: es probablemente el diputado socialista que mejor entiende la dinámica entre la Unión Europea y Latinoamérica. Lo ha demostrado pasándose la mitad de su vida sobre el Atlántico. Ahora pasa a formar la estirpe de jubilación anticipada que ha instalado como norma el presidente de Gobierno para todo militante político comprometido con experiencia, antigüedad y talento. Crímenes de lesa patria que en el universo del Zapaterismo no tienen perdón.

Hay que sospechar de la gente que recela de la inteligencia. Y el presidente de Francia acaba de ser mucho más explícito que yo al afirmar que «quizá Zapatero no sea inteligente». Si Zapatero se retira de la vida cúbica puede ser publicista: lo hará mucho mejor que en la política. Tal vez le pueda contratar Miguel Barroso en la empresa en la que acaba de fichar con un sueldo millonario. Siguiendo los pasos de Migue Angel Rodríguez, el asesor privado de Zapatero, en su condición de amigo del presidente, ya ha encontrado acomodo. Pero los talentos comprometidos y militantes, cuando pasan los cuarenta y cinco son conducidos al desolladero.

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