Esther Esteban – Más que Palabras – Lehendakari López.


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

Nos va a resulta raro, durante un tiempo, escribir el apellido López refiriéndonos al lehendakari pero, para algunos, eso es sinónimo de normalización democrática y esperanza. Patxi López es desde ayer el primer lehendakari no nacionalista de la historia, el cuarto presidente autonómico vasco desde la restauración de la democracia. Su elección ¡como no podía ser menos! centró ayer toda la actualidad informativa y el mensaje de cambio que pronunció en el Parlamento de Vitoria es simplemente un signo de madurez democrática de los vascos que han querido, con su voto, dar una oportunidad a los constitucionalistas.

Si una imagen vale más que mil palabras, ayer vimos a un joven socialista cargado de ilusión y utilizando sensatamente el discurso del consenso y la no confrontación. Pidió la confianza para hacer de Euskadi un país mejor, mas moderno y más fuerte y lanzó, ¡cómo no!, un mensaje a ETA advirtiendo que estará todos los días frente a los del tiro en la nuca, que pueden perder toda esperanza porque él no bajará la guardia y que su objetivo es «lograr la paz con generosidad sin precio político».

Enfrente vimos a un rival duro, cabreado, ensimismado en sus propios errores, en su ensoñación soberanista. Un Ibarretxe en estado puro que no acaba de asimilar que las urnas le pusieron y las urnas le han quitado la vara de mando. Con un lenguaje del medievo, Ibarretxe habló de cruzadas para afirmar que «hay una cruzada del PP y del PSE para anular la identidad vasca», como si los miles de votantes del PP o del PSOE no fueran tan vascos como él o su RH tuviera la contaminación del mestizaje. Es lo de siempre, el run run con el que desde, hace demasiados años, los nacionalistas han estado dando la matraca con el único objetivo de situar a los ciudadanos del Euskadi al borde del abismo.

Ayer fue un día histórico, pero ahora lo que toca es que el nuevo lehendakari, a quien se lo van a poner muy, pero que muy, difícil, tenga la maestría de gobernar para todos, sin frentismos que le hagan vulnerable. Yo pido para él algo más que cien días de gracia porque en las situaciones excepcionales, y ésta lo es, hay que tener actitudes ejemplares y nunca como ahora -tal como lo ha demostrado con generosidad el propio Basagoiti- es tan necesario tener altura de miras y remar todos en la misma dirección. ¡Buena suerte lehendakari López!

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