MADRID, 26 (OTR/PRESS)
El Gobierno mantiene unas excelentes relaciones con Marruecos de manera que prefiere mirar hacia otro lado para no ver a Aminatou Haidar. En realidad, el presidente Zapatero no está dispuesto a que las relaciones con Marruecos se enturbien a cuenta del Sahara y mucho menos de una saharaui conocida activista de los derechos humanos.
Claro que ahora tiene un problema y es que por mucho que intente ignorar a Aminatou Haidar ella está aquí, en Canarias, y en una situación irregular puesto que la obligaron a venir a España sin pasaporte, sí, porque su pasaporte marroquí que le fue retirado por la policía marroquí antes de expulsarla de El Aiunn.
Marruecos se ha quitado a Aminotau Haidar de en medio enviándola a España, o sea trasladando su problema a las autoridades españolas que llevan más de diez días sin saber cómo resolver el embrollo, y temerosos por su estado de salud dada la huelga de hambre de la activista saharaui.
En mi opinión, desde que Zapatero es presidente del Gobierno la política española respecto al Sahara ha cambiado hasta ser claramente pro marroquí. Los Gobiernos anteriores mantenían el tipo, tanto los de González como los de Aznar, y procuraban mantenerse en el filo de la navaja, defendiendo a los saharauis sin enfadar demasiado a los marroquís. Pero Zapatero no tiene complejos y si tiene las cosas claras respecto al Sahara, es de los que creen que defiende mejor los intereses de España si no enfada a Marruecos con el Sahara.
La opinión pública, y no digamos muchos de los intelectuales y artistas que vienen apoyando a Zapatero, le reprochan esta política. España, como antigua potencia, tiene una responsabilidad con los saharauis, y resulta vergonzoso ver como se les ha abandonado a su suerte, o mejor dicho a su mala suerte bajo el dominio de Marruecos. No se si el rostro de Aminatou Haidar conmueve a los miembros de nuestro Gobierno que se muestran hasta el momento indiferentes, sí se que la situación de esta mujer es una denuncia clara de la política española respecto al Sahara, política que a mi juicio es vergonzosa.
