Julia Navarro – Escaño cero – Una pésima idea.


MADRID, 30 (OTR/PRESS)

Pónganse en lo peor. Sí, pónganse en lo peor porque la idea del consejero de sanidad de Cataluña de dejar reducida la sanidad pública para quienes no se pueden pagar un seguro privado, es como para echarse a temblar. El señor Boi Ruíz primero lanzó la piedra y luego escondió la mano diciendo que era eso, solo una idea, como si las ideas no fueran el paso previo a la acción.

La sanidad pública española está, permítanme ser chauvinista, entre las mejores, si es que no es la mejor del mundo. Cualquiera que viaje con asiduidad lo sabe.

Pero insisto, pónganse en lo peor porque últimamente muchos políticos nos insisten en que el Estado del bienestar tal y como lo hemos conocido ya no es posible, y proponen con gran desparpajo ya sea el «copago» o estas formulas a lo Boi Ruíz. Y es que la crisis financiera le va a servir a las grandes multinacionales de la salud para intentar desmantelar el sistema sanitario público con que contamos en Europa. La visión socialdmeocráta de la sociedad pasa porque la sanidad, la educación y las pensiones son derechos, mientras que para quienes tienen una concepción neoliberal, donde unos ven derechos ellos ven negocio. En Estados Unidos las multinacionales de la salud tumbaron a Clinton porque éste quería hacer una reforma sanitaria, y aprovecharon el caso Levinsky para acabar con él. El presidente Obama tampoco ha tenido más suerte. Prometió una reforma sanitaria que no ha podido sacar adelante, lo más que le han permitido es una reforma aguada.

Aquí en nuestro país hay quien aboga por el sistema sanitario norteamericano, y permítanme sospechar de quienes lo defienden, porque detrás de ese sistema lo único que hay es un gran negocio para unos cuantos pero eso si a costa de la salud de los ciudadanos.

Si un norteamericano pongamos por caso está enfermo de cáncer y acude a un hospital lo primero que harán será comprobar que tipo de póliza de seguro sanitario tiene para ver si le cubre los costes de los médicos y del tratamiento. Si no se lo cubre no le dejaran entrar y le desviaran hacia uno de los pocos hospitales públicos que acogen a quienes no tienen dinero para recibir asistencia médica y tratamientos adecuados para afrontar la enfermedad. He puesto el ejemplo del cáncer, pero lo mismo da una tromosis, una operación de apendicitis, o un accidente de tráfico. Allí el cuidado de la salud se paga y según la capacidad económica de cada cual así recibe asistencia sanitaria. Eso supone que en la sanidad pública usted no encontrará ni los mejores médicos ni los mejores aparatos, ni la mejor asistencia. Usted es pobre y recibirá una asistencia de pobre.

Naturalmente las compañías aseguradoras sanitarias tienen beneficios multimillonarios. Y es que a los estadounidenses les obsesiona poder pagar un seguro médico.

De manera que no se dejen engañar por la demagogia de quienes afirman que el que se la pueda pagar que se pague una asistencia médica privada porque eso supondrá acabar con el excelente sistema sanitario del que disfrutamos todos por igual. En nuestro país, al contrario de lo que sucede en Estados Unidos, es en los hospitales públicos donde encontramos los mejores médicos, los mejores especialistas y los aparatos de última generación.

Si algo hay que defender con uñas y dientes es la sanidad pública, la educación pública, y el nivel adquisitivo d elos pensionistas, en todo lo demás que ahorren cuanto quieran.

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