Andrés Aberasturi – España no es el PP.


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

A las sentidas palabras de la vicepresidenta doña Soraya Sáenz de Santamaría -creo que al completar su equipo- sólo cabía añadir un «así sea» o, mejor aun, el implorante «te regamos, óyenos». Reconocía con voz contrita y casi quebrada la número dos del Gobierno los sacrificios que nos están pidiendo; unas horas antes, el ministro Montoro prometía en la COPE que al final de esta legislatura los españoles pagaríamos menos impuestos que ahora pero que ahora tocaba sufrir. Y está bien que se prodiguen las declaraciones de los miembros del Ejecutivo y aun mejor que reconozcan públicamente que están haciendo lo contrario de lo que predicaban pero que esto es lo hay. Vale. Pero ¿qué se sabe de Rajoy?

Pues esa es otra. Porque el señor presidente del Gobierno, no sé si genio pero sí figura, sigue guardando un silencio estrepitoso que si hubiera que adjudicárselo al pasado ZP, ya estaríamos cargando las tintas -al menos yo- y exigiendo que compareciera no sólo ante las Cortes sino en la mismísima televisión explicando a sus electores por qué ha he hecho lo contrario a lo que prometía y a todos los españoles cual es la situación real del país. Se me dirá que esas explicaciones son las que están dando un día sí y otro también los ministros del Gobierno; de acuerdo, pero no es lo mismo. Y no lo es porque quien habló alto y claro sobre los impuestos fue Rajoy y es el presidente del Gobierno el que debe dar la cara y explicar a la ciudadanía el porqué de las cosas cuando las cosas son, por desgracia, extraordinarias.

Pero Rajoy prefiere guardar silencio y acumular medidas hasta la cumbre de Bruselas. Allá él y quien le asesore. Este país está dispuesto -creo- a sacrificarse mucho; en el fondo ya sabía que esto iba a ser así ganara quien ganara las elecciones y que si hubiera sido Rubalcaba el vencedor, no habría tenido más remedio que hacer más o menos lo mismo. Lo que echamos en cara muchos a ZP es la falta de valor para enfrentarse a la realidad en su momento y dejar que barco se hundiera sin tomar medidas o tomando sólo «mediditas». Vale, sabíamos que iba a ser difícil y ya lo estamos viendo. Pero hay dos cosas que no vamos a perdonar: que «lo público» no predique con el ejemplo y que se nos ignore como el colectivo pagano. Las explicaciones en Bruselas son sin duda importantes , pero a quienes les ha subido el IRPF viven aquí, los que este año van a pagar más y a ver casi congelados sus sueldos, somos nosotros y nosotros aun no hemos oído una palabra de explicación o aliento por parte del presidente. Así no funciona esto. Puede que un partido como el PP se gobierne administrando tiempos, puede. Lo que es seguro es que España no es el PP y que este país necesita -y se merece- toda clase de explicaciones.

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