Este martes, 14 de enero de 2014, Raúl del Pozo publica en El Mundo una columna titulada ‘Cipote de Calatrava’, en la que arranca diciendo:
El arquitecto de Osiris, de Camps, de Jaume Matas y Rita Barberá se llama Santiago Calatrava y a estas alturas nadie sabe si es un genio o un fallero.
Añade que:
El artista oficial del despilfarro, la ostentación y el sobreprecio no sólo ha lanzado sus mascletás arquitectónicas en Valencia, sino en las principales ciudades del mundo. Incluso llegó a diseñar un puente en Venecia desde el que lo maldicen todos los días los abuelos que se rompen la crisma.
Y concluye:
Tengo claro que Santiago Calatrava es un ingenio de la pirotecnia pompier, un manierista de fortuna o, por lo menos, un cerebro en el arte de esquilmar a los alcaldes. Su pólvora mojada no sólo salió de la caja B del PP, sino de los gobernantes de Nueva York, París o Jerusalén. Hay gilipollas en todos los gobiernos.