Este lunes, 24 de febrero de 2014, Jesús Maraña escribe en Infolibre una columna titulada ‘Los que resisten nos hunden’ en la que arranca diciendo:
Si en menos de dos meses hubieran sido relevados los directores de The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal, y esos ceses conllevaran un giro en la línea editorial de cada medio a favor de la Casa Blanca, resulta fácil imaginar el escándalo político que se habría producido en Estados Unidos
Añade que:
Sin ir más lejos, el pasado martes se hizo eco The New York Times de la sustitución de Javier Moreno por Antonio Caño en la dirección de El País, y recordó la reciente caída de Pedro J. Ramírez al frente de El Mundo y su denuncia de que «el Gobierno y las poderosas instituciones económicas están aprovechando la crisis del modelo de negocio y la debilidad de los periódicos para tratar de controlar más y más la información»; y el rotativo neoyorquino informó también de que La Vanguardia ha «moderado su posición» de apoyo al movimiento independentista en Cataluña desde el relevo en diciembre de José Antich por Màrius Carol.
Y concluye:
¿Y qué hay de la pluralidad, de la calidad democrática, de la importancia crucial de una prensa independiente para garantizar el control de los ciudadanos sobre los poderes políticos y económicos?