Este 21 de octubre de 2014, escribe Pablo Planas en Libertad Digital una columna titulada ‘El pucherazo catalán está en el fuego‘ en la que arranca diciendo:
Mas va diciendo por ahí que lo tiene todo controlado. Ya anda como John Wayne en The Quiet Man y presume de pastorear al rebaño con la maestría de un payés del Ampurdán. Nadie se toma ya en serio a nadie en Cataluña. Cualquier parecido de la Generalidad con una Administración pública es pura coincidencia.
Añade que:
Con todo a su favor, incluidos los medios del Estado que pretende romper, lo que sí está al alcance de Mas es llenar las calles de Cataluña de gente dispuesta a participar en coloridas performances cuyas consecuencias prácticas, de momento, son las mismas que para el presidente de la Generalidad tiene haberlo destrozado todo: cero o ninguna.
Y concluye que:
Cuando nadie gobierna, gobierna la calle, afecta a la sentimentalidad resbaladiza, a las bromas del destino, a la desidia general. La consecuencia es que el primer pucherazo del siglo XXI en España ya está el fuego.
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