¿Hasta cuándo tendrán cabida entre los hombres de buena voluntad, tan desdeñable ralea, hasta cuando estas indeseables vasijas de odio estarán entre nosotros?
Parece que no fue suficiente los millones de judíos que el comunismo asesino impunemente ante los ojos del mundo entero, que los asesinatos en las cunetas de la carretera de Andalucía, los bosques de Galicia, los caminos de San Cugats del Valles, de Monjas, Curas y simplemente católicos, no satisficieron sus ansias de matar, parece que ante los estertores de muerte del comunismo, aún les quedan deseo de exterminar la única política democrático de Oriente, aun después del Holocausto del Nazismo, del despotismo Franquista de barbarie Islámica, parece que el odios es más fuerte incluso ante el umbral de la desaparición de este indescriptible cieno que tenemos en la izquierda y se quiere unir a la infamia histórica para almizclarse con su hedor.
Los días del desquite han pasado, los culpables están muertos, tan muertos como sus víctimas, ni sus hijos ni sus nietos podemos hacer nada por ellos, ni los unos ni los otros, yo no me identifico con ellos, ni me sirve ni me ayuda, mis recuerdos, los que quedan, ni los pierdo ni los cambio y no me hace falta que quienes movido por puro interés económico, por pura ambición; que ni supo, ni sabe ni sabrá; quiera usar ni su recuerdo ni su imagen para hacer suyo algo que no le pertenece y repudio esa indecencia.
¿Que sabes tú Anguita, de lo que es ser Judío? Ni una fibra de tu cuerpo ni de tu ropa sabrá nuca que es serlo, abrazaste una ideología caduca y te equivocaste, sembraste odio y rencor en corazones que no lo necesitaban, pensaste que serias algo y ¿que eres? Amargado, lleno de hiel, vacío de valores y a pesar de todo ¿Sabes que los Judíos, los Católicos, los Cristianos estamos obligados a perdonarte?
Repugnancia siento
Anda, busca un rincón seco y templado, pon allí tu jergón.
