Los hay con más cara que espalda y además no se avergüenzan por ello.
El último ejemplo lo conforma Sergio Pascual, aún diputado de Podemos, aunque perderá su condición de tal a partir del 2 de mayo de 2016 con la disolución de las Cortes.
El parlamentario, que debería tener una depresión de caballo después de ver como Pablo Iglesias, el líder supremo de la formación morada lo liquidaba como secretario de organización, ha demostrado haber cogido ‘buenas’ tablas en estos casi cuatro meses en el Congreso de los Diputados y ya exigir cosas de esa casta malévola a la que tanto criticaba cuando estaba extramuros de la Carrera de San Jerónimo.
A Pascual no se le ocurrió mejor idea que, según cuenta ABC, que el Congreso de los Diputado le sufragara un viaje a Bruselas incluyendo todos los «gastos a que diera lugar» para participar en un acto organizado por Podemos en el Parlamento Europeo.
El podemita justificó su petición basándose que ha recibido una invitación de la eurodiputada de Podemos Tania González para participar en una mesa redonda sobre el futuro del ferrocarril en España. Esa invitación es personal, no institucional al Congreso de los Diputados. El también sindicalista solicitaba viajar a Bruselas el día 4 de mayo de 2016 para regresar al día siguiente.
La Mesa del Congreso rechazó la petición de plano no solo porque se trata de una viaje de partido –sería un desplazamiento institucional si el acto estuviera organizado por el Parlamento Europeo, no por uno de sus grupos– sino porque además el acto se celebra los días 4 y 5 de mayo de 2016, cuando Pascual ya habrá perdido su condición de diputado, dado que mañana lunes, 2 de mayo de 2016, quedan disueltas las Cámaras parlamentarias.
