El postureo y el cinismo del PSOE con el feminismo alcanzan cada semana nuevas cotas.
Y esta semana ha sido por partida doble.
Al caso de Paco Salazar, amigo íntimo que ha acompañado a Pedro Sánchez en todo su recorrido político y al que han protegido hasta ahora, se suma el del secretario general del PSOE en Torremolinos, Antonio Navarro.
El también concejal y diputado provincial ha sido denunciado por una militante socialista —que mantiene su identidad en secreto por miedo a las represalias— debido a sus comportamientos impropios.
El caso ha sido trasladado a la Sección de Violencia sobre la Mujer de la Fiscalía Provincial de Málaga y, entre la documentación aportada, se encuentran varias conversaciones de WhatsApp que son realmente vomitivas y que se remontan a septiembre de 2021.
La denunciante asegura que los mensajes «han afectado gravemente a mi tranquilidad y seguridad» y que le generaban «una presión insoportable e incluso miedo de que pudiera llamar al timbre de mi casa».
En su denuncia asegura que fue objeto de «mensajes de contenido sexual, insinuaciones y proposiciones no deseadas ni consentidas» y describe el ambiente laboral como «intimidatorio, degradante y humillante».
En los textos intercambiados, publicados por Diario Sur, se aprecia cómo Navarro desvía los asuntos profesionales a temas personales, con insinuaciones y presiones.
En una de ellas, en medio de una conversación laboral, le suelta: «No me esquives, que te quiero meter ficha». Ella intenta volver al asunto, incidiendo en «el debate sobre las prioridades».
El socialista seguía a lo suyo, escribiendo: «Lo a gusto que estaríamos ahora con una copa de vino y un sofá». Ella trata cortar el rollo, respondiendo «tú a lo tuyo», pero cae en saco roto, con Navarro replicando: «No, para nada. Es que estás muy buena».
El intercambio continúa con ella pasando del comentario y recordando el acto municipal, pero él insiste con la babosería: «¿Ese escote lo has tenido siempre?». Ella se justifica explicando que se le ha olvidado ponerse una camiseta básica. Pero el diputado socialista responde: «Aunque te pusieras cuello vuelto ibas a estar igual de buena».
En otras conversaciones sucede lo mismo: él haciendo alusiones personales y ella intentando reconducir todo al plano profesional. En otro intercambio, el diputado provincial le reprocha que no le haga caso, a lo que ella responde que tienen «la ciudad empantanada».
Pero la cosa va más allá de unos mensajes impropios: también habría habido tocamientos no consentidos.
De acuerdo con el relato plasmado en la denuncia, el 9 de septiembre de 2021 Navarro le habría tocado el trasero sin su consentimiento.
«Hecho que rechacé de inmediato, advirtiendo de que informaría a la dirección del partido si insistía», detalla la mujer.
En un intercambio de mensajes posterior a este hecho, el líder del PSOE de Torremolinos le escribe: «Cuando puedas hablamos. Te he insistido para pedirte disculpas. Esto también tengo yo que saber manejarlo». Ante la falta de respuesta, insiste: «Llámame, aunque si no lo haces insistiré para que oigas de mi boca mis más sinceras disculpas».
Y, efectivamente, cumple su palabra. Navarro envía medio centenar de mensajes —sin respuesta de la afectada— en un lapso de cinco horas. Los mensajes van desde la insistencia en las disculpas («Meto mucho la pata, es una de mis mejores especialidades», «Discúlpame. Si no, me vuelvo loco ya del todo» o «Soy gilipollas»), hasta uno llamativo porque da la impresión de que se encuentra fuera del domicilio de la mujer: «Tendrás que tirar la basura, ¿no? Digo yo».
Al día siguiente, tras un intercambio laboral, Navarro insiste en el tono personal: «Te he escrito para saber cómo estabas». Ella se limita a replicar: «Bien. ¿Y tú?», a lo que él responde: «Sabiendo de ti, mejor».
Durante los días posteriores, los mensajes impropios continúan:
«Cuando te enfadas te pones muy guapa», «Te ponía ahora de vuelta y media», «Preferiría una foto tuya», «Bonita foto de perfil», «¿Por qué estás tan buena?», «Iré depilado por si tienes un desliz»… En ocasiones, ella hace caso omiso; en otras, desvía el foco hacia asuntos laborales. A veces se muestra tajante, como cuando él escribe: «¿Te puedo hacer una pregunta personal?» y ella responde: «Si es de las tuyas, no».
Por su parte, Navarro —en unas declaraciones a Sur— sostiene que no tiene nada que decir sobre los mensajes porque «no hay delito» y asegura que la denuncia se debe a «una venganza política» y que es una «denuncia falsa».
