El consorcio gastronómico liderado por Marta Seco y Sandro Silva lanza el Instituto Español del Vino, celebra el éxito de The Library e inaugura una bodega central de 75.000 botellas

Más allá de la copa: El Grupo Paraguas redefine el culto al vino en Madrid con academia, templo y bodega

Una apuesta sin precedentes que fusiona academia, experiencia y conservación para elevar la cultura del vino español a nivel global

The Library Lagasca

Imagina un lugar donde el vino no es solo una bebida, sino el eje sobre el que gira todo un universo de sensaciones, conocimiento y placer. Un lugar donde cada botella cuenta una historia y cada copa es un viaje. Ese lugar, en Madrid, tiene un nombre propio: Grupo Paraguas. Y en los últimos doce meses, ha dado tres pasos de gigante que no solo consolidan su liderazgo, sino que redefinen lo que significa el culto al vino en la capital.

La historia de este grupo es la de una apuesta a todo o nada. Hace poco más de un año, abrían las puertas de The Library en la calle Serrano. El concepto era arriesgado: un espacio triple que funcionaba como tienda especializada, bar-restaurante y club privado, todo orbitando alrededor del vino. El éxito fue inmediato y arrollador. Las colas para entrar se volvieron un fenómeno urbano, los premios llegaron (como el de mejor apertura del año en The Fork 2025) y la nominación a mejor decoración por Metrópoli confirmó que habían acertado en la fórmula. Pero para Marta Seco y Sandro Silva, los fundadores, esto era solo el comienzo.

Hablamos de un grupo que descorcha más de 350.000 botellas al año en sus restaurantes. Es decir, unas 120 botellas al día por establecimiento. Una cifra que da vértigo y que habla de una demanda real, de un público madrileño sediento (nunca mejor dicho) de descubrir y disfrutar. Han puesto a disposición del público casi 10.000 referencias diferentes en el último año, con un equilibrio deliberado: el 50% son vinos españoles, un guiño claro a su origen, y la otra mitad un viaje por el mundo.

Pero el Grupo Paraguas ha entendido que para ser una verdadera referencia, no basta con servir y vender. Hay que formar, educar y custodiar. Y es aquí donde llega su triple anuncio, un movimiento estratégico que sella su compromiso a largo plazo.

La primera pieza de este tríptico es, quizás, la más ambiciosa y la que puede dejar una huella más profunda: la creación del Instituto Español del Vino (IEV), o Spanish Wine Institute (SWI), en colaboración con el Instituto para el Desarrollo de la Gastronomía y el Turismo (IDEGAT). No es solo un curso o un máster más. Su vocación es clara: convertirse en la primera institución académica hispana de referencia mundial en el sector del vino.

El IEV nace con un objetivo de excelencia práctica. Su primer gran hito será el lanzamiento, en septiembre de 2026, del Master en Alta Sumillería. La idea es integrar de forma equilibrada el conocimiento científico, la técnica aplicada y, sobre todo, la cultura del vino desde una perspectiva global. Se trata de profesionalizar y elevar la figura del sumiller, dotándolo de herramientas que van más allá de la cata. El Grupo Paraguas se posiciona así no solo como un gigante de la restauración, sino como el principal referente académico y profesional del vino en el mundo de habla hispana.

Mientras ponen en marcha este proyecto formativo, su buque insignia, The Library, celebra su primer aniversario convertido en el templo del vino de Madrid. El acierto fue entender que el cliente moderno quiere flexibilidad. Puedes pasar a comprar una botella recomendada por uno de sus más de 80 sumilleres, puedes sentarte a disfrutar de una copa con una tabla, o puedes ser socio del club y acceder a experiencias exclusivas. La formación también es clave aquí: catas internas, cursos de enología para clientes y empleados… El conocimiento se comparte, no se guarda. Es una filosofía de puertas abiertas al aprendizaje.

Y claro, con semejante volumen de botellas moviéndose –esa colección donde conviven las joyas de Rioja, Toro, el Bierzo, o Ribera del Duero con los grandes de Jerez, Priorato o Tenerife, y donde la propuesta internacional tiene un peso fuerte con Francia a la cabeza (un 60% de la selección foránea)–, surge una necesidad logística de primer orden. ¿Dónde y cómo se almacenan 75.000 botellas para garantizar su perfecta conservación?

La respuesta es la tercera pata del tronco: la inauguración de la Bodega de Lagasca. Es el centro neurálgico, el santuario donde reposan los tesoros antes de llegar a las mesas. Un espacio diseñado con el máximo rigor en control de temperatura, humedad y luminosidad para garantizar que cada vino llegue al cliente en su punto óptimo. Este nuevo centro de distribución abastecerá a todas las unidades del grupo, desde El Paraguas o Ten con Ten hasta Amazónico, Jungle Jazz Club o Aarde. Es la infraestructura invisible que sostiene la excelencia visible.

Para marcar la importancia de este paso, el grupo reunió en la Bodega de Lagasca a los bodegueros más importantes de España y a personalidades clave del sector. Un gesto simbólico para sellar una alianza con quienes producen el oro líquido que ellos se encargan de celebrar.

Al final, todo encaja. El IEV genera y comparte conocimiento. The Library ofrece la experiencia y la democratiza. La Bodega de Lagasca garantiza la calidad en la conservación. Es un ecosistema perfectamente engranado.

El recorrido del Grupo Paraguas, desde su fundación en 2004, es la historia de una obsesión por el detalle. Pioneros en el «lifestyle dining» en España, han creado un sofisticado oasis gastronómico en Madrid que ya se exporta a Londres, Dubai, Montecarlo o Miami. Pero es en Madrid donde, aprovechando un momento de esplendor económico y cultural de la ciudad, han decidido plantar su bandera más firme.

Su visión siempre ha ido más allá de la excelencia culinaria. Buscan crear momentos especiales. Y el vino es, sin duda, el gran catalizador de esos momentos. Con estos tres movimientos –academia, templo y bodega– no solo se consolidan. Están escribiendo el manual de cómo se debe entender y vivir la cultura del vino en el siglo XXI. Y lo hacen desde Madrid, para el mundo.

El futuro inmediato sigue siendo expansivo. Pronto inaugurarán el majestuoso Club Metrópolis y tienen previstas nuevas aperturas internacionales. Pero el mensaje que lanzan ahora es claro: su corazón late fuerte por el vino, y han construido la casa entera para honrarlo. Para el aficionado o el curioso que pasee por Madrid, la invitación está hecha. La copa, en este caso, está más llena que nunca.

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Ana Rojo

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