Lo de cabra va por Sánchez, que no sabe lo que dice. No domina ningún concepto, es el presidente del gobierno y no tolera que las cosas no salgan como quiere. Es peligroso.
Siempre manipula todo, para poder seguir en su poltrona. Esta vez no está de acuerdo con el resultado de las últimas elecciones y, no teniendo a mano otra cosa, ha adelantado las generales. Por su propia conveniencia, no la de su partido, ni la de España.
Los hay que lo tienen por listo. Pues vaya despiste el suyo.
Dice que ha recibido un castigo injusto e inmerecido en las urnas, con lo cual demuestra que no tiene ni idea de democracia. Los votantes no son justos, ni injustos. Votan lo que quieren. En democracia no gana el mejor, sino el que quieren los ciudadanos. Churchill era el mejor y perdió. Suárez era el mejor y perdió.
Luego dice que tomó la decisión de adelantar las elecciones de acuerdo con su conciencia. Como si tuviera. Las adelantó porque es cobarde, porque tuvo miedo de que el partido le pidiera cuentas.
¿También se abrazó con Iglesias de acuerdo con su conciencia? ¿Soltó a los terroristas, a los golpistas y a los pederastas de acuerdo con su conciencia?
Dice unas barbaridades de Vox y del PP impropias de un presidente del gobierno de España. Debería saber, ya que presume tanto de que es el presidente, que el cargo tiene unas obligaciones, ya que representa a todos los españoles. No puede dejarlos en mal lugar comportándose como un patán, como un Iglesias cualquiera. Cuando se dirigen a él en el Congreso debe escuchar con educación y respeto. No es él quien está allí, es el presidente del gobierno de España, por lo que tiene que estar a la altura. Nunca está a la altura de nada.
Que le aplaudan personas que no tienen dos dedos de frente, ni dignidad, no debería complacerle.
El PSOE debería saber qué hacer con semejante elemento.
