La directora de TV3, Mònica Terribas, dice que renunciará a emitir el fútbol en abierto por falta de presupuesto
Y, como no podía ser de otro modo si se quiere evitar que la gente incendie las oficinas públicas, también les pelan las barbar a los periodistas. Aunque sean catalanes y ‘profetas‘ del hecho ‘diferencial‘.
«La Corporación no puede escapar de los ajustes presupuestarios que requiere la situación económica», anunció este 25 de noviembre de 2011, en el Parlamento catalán el propio portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, antes de desgranar el torrente de medidas para hacer frente al severo plan de ahorro de la Generalitat.
Este recorte del 13% en la inversión pública implicará suprimir dos de los seis canales de Televisió de Catalunya (TVC), que concentra TV3, el 33, el canal de noticias 3/24, Esport 3, el infantil y juvenil 3xl y un último destinado a emisiones en alta definición (HD).
La Generalitat también recortará el sueldo a los trabajadores del ente público de forma «similar» al tijeretazo anunciado por el propio Artur Mas a las pagas extra de los funcionarios.
Duro revés a TV3 y Catalunya Ràdio. La Generalitat anunció ayer un severo recorte de 40 millones de euros en los medios públicos catalanes justo en pleno debate sobre la supervivencia de las televisiones autonómicas.
La respuesta de la cadena no se hizo esperar: la propia directora de TV3, Mònica Terribas, aseguró que renunciará a emitir el fútbol en abierto por falta de presupuesto.
Las cuentas de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) -ente que gestiona la radio y la televisión públicas- acumulan en 2011 un déficit de 21 millones de euros. Una deuda que los medios públicos deberán sufragar el año que viene junto con una rebaja del presupuesto de 40 millones de euros. Por tanto, TV3 y Catalunya Ràdio recibirán de la Generalitat 260 millones en 2012, un 13% menos que este año.
Este agujero de 61 millones de euros en total -si se cuenta el tijeretazo en el presupuesto y la deuda del ejercicio que aún está por cerrar- supone el primer varapalo del Gobierno catalán a unos medios públicos que deberán cerrar dos de sus seis canales de televisión.