Trata de convencer a Rajoy para que autorice la abstención de los populares en el Parlamento catalán

Sánchez-Camacho maniobra a favor de Mas: quiere que el PP ‘català’ no se oponga al pacto fiscal de CiU

La ausencia del voto en contra 'popular' daría fuerza a los nacionalistas a la hora de negociar con La Moncloa

Sánchez-Camacho maniobra a favor de Mas: quiere que el PP 'català' no se oponga al pacto fiscal de CiU
Artur Mas y Alicia Sánchez Camacho. EFE

El PP catalán de Alicia Sánchez-Camacho está moviendo sus contactos en Génova y entre la autodenominada sociedad civil catalana para que una abstención suya en el Parlament a la votación del pacto fiscal –o concierto económico– sea aceptado por el PP nacional y arrastre al PSC.

Según ha desvelado este domingo –27 de mayo de 2012– el jefe de Política de La Vanguardia, Jordi Barbeta, el objetivo del PP catalán, en este tema, pasaría por evitar tener que votar ‘no’ a una propuesta de mejora de la financiación de la Generalidad de Cataluña que situaría a la Administración autonómica al lado del régimen foral del País Vasco y Navarra —Plan de Sánchez-Camacho para evitar el choque de trenes por el pacto fiscal–.

El tema es clave. Si el PP catalán votase que ‘no’, el Gobierno del PP podría negociar con la Generalidad con la tranquilidad de saber que el acuerdo salido del Parlament no cuenta con un apoyo más allá que el de los partidos nacionalistas.

Sin embargo, si el PP catalán –tercera fuerza política de la Cámara autonómica– se abstiene –votar ‘sí’ no pasa, ahora mismo, por la cabeza de ningún dirigente popular— Artur Mas (CiU) podría presentarse ante Mariano Rajoy (PP) con unos votos en contra de la propuesta fiscal realmente bajos, los tres diputados autonómicos de Ciudadanos y, muy probablemente, los otros tres de Solidaritat Catalana.

REBAJA DE EXIGENCIAS DE CIU

Según Barbeta, «Sánchez-Camacho está moviendo los hilos en Madrid y en Barcelona y con interlocutores políticos y representantes de la sociedad civil. Constan los fluidos contactos de la líder del PP con la cúpula de Génova del Gobierno central, aunque la mayoría se han venido celebrando de forma discreta con el presidente Rajoy, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro».

En este contexto se podría entender la rebaja de exigencias de la última semana llevada a cabo por distintos miembros del Gobierno autonómico y diputados del Parlament de CiU.

El miércoles pasado –23 de mayo de 2012– el propio Mas aceptaba la propuesta del PSC de «un nuevo pacto fiscal para un pacto social en Cataluña» asegurando que la discusión no iba a ser sobre semántica, pero advirtiendo que la Generalidad –dentro o fuera de la LOFCA– debería tener un trato singular, al estilo vasco y navarro.

También el portavoz, Francesc Homs (CiU), un día antes, rebajó el listón de exigencias y no dio importancia a lo que hasta ahora había sido el caballo de batalla de los nacionalistas, figurar al margen de la LOFCA. Si se está dentro pero con un régimen como el del concierto económico, no habrá problema.

Todo son negociaciones para que el Parlament apruebe, lo más ampliamente posible, un acuerdo de financiación autonómico con el que Mas se pueda presentar en la Moncloa a negociar. Luego, claro, debe pasar por el Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde están todas las Comunidades Autónomas, y recibir su visto bueno.

CiU ya cuenta con el apoyo de ERC –que en todo caso le pedirá más–, y casi seguro el de ICV-EUiA. Pero no es suficiente, según los nacionalistas. Que estén (o que no voten en contra) PSC y PPC es el objetivo de Mas para las próximas semanas.

PUNTO DE PARTIDA: ESTATUTO DE 2005

Si finalmente Sánchez-Camacho no votase en contra del pacto fiscal propuesto por Mas y que va en la línea del concierto, es decir, que la Generalidad recuada todos los impuestos y aporta una parte a la caja común, pero siempre teniendo la última palabra la Administración autonómica, el problema lo podría tener Rajoy.

CiU, entonces, utilizará –como se hace constantemente para defender el Estatuto que aprobó el Parlament— que ni el PP catalán se opuso a la propuesta del nuevo modelo de financiación autonómica. Esa es la clave y así lo comentan fuentes cercanas del Gobierno autonómico.

El punto de partida de Mas será lo que figuraba en el texto del Estatuto de Autonomía aprobado por el Parlament en 2005. Lo aprobó hasta el PSC, pero el PP votó en contra. Ya entonces se especificaba que la Generalidad era la única administración encargada de los impuestos en Cataluña.

El paso del texto por las Cortes Generales y, luego, tras el recurso del PP, por el Tribunal Constitucional permitió ajustar el Estatuto a la legalidad, incluido el modelo de financiación. Sería paradójico que lo que el PP veía ilegal en 2005 lo viera, ahora, en 2012, suficiente como para abstenerse en la votación en el ParlamentEl apoyo a CiU podría costarle al PP catalán cinco de sus 18 escaños–.

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