Los 'populares' también han intentado otras fórmulas, como tratar de hacerse con algún medio, aunque la pifiaron
La mayoría, sino todos, tiene un trabajo estable muy bien remunerado que ha conseguido ‘a dedo’.
Desde las esferas de las distintas administraciones, aunque también desde el mismísimo Parlament, reciben todas las mañanas correos electrónicos con argumentarios claros y precisos sobre cómo rebatir las noticias que, de alguna manera, perjudican al Partido Popular balear.
La tarea es ardua, ya que casi todos los medios les ponen a bajar de un burro.
Las fuentes solventes recogidas por Renovación Balear sitúan la base de las operaciones en la sede del departamento de prensa central ubicada en la calle Palau Reial de Palma.
El método es simple. En base a los argumentarios, esto es, a las notas con pautas de discursos y opiniones que deben ser trasladadas a la ciudadanía y que se reciben desde Madrid a diario para que nadie meta la pata más de lo preciso a nivel nacional, -y que son reenviadas en Baleares a altos cargos como diputados, consellers y directores generales entre otros-, se elabora una especie de ‘sub género’.
Los protagonistas y destinatarios pertenecen a una especie de legión compuesta por una veintena de personas que deben rebatir, a saco, las libres opiniones que navegan en Internet de la mano de los ciudadanos, y que se vierten en los inevitables foros que emergen al pie de todas las noticias que publican los digitales locales.
A estas personas se les llama en argot ‘opinadores’. Están así, como quien dice, en ‘nómina’, aunque no en el sentido estricto de la palabra. Mantener y agradecer su trabajo ya es razón suficiente para no rechazar pertenecer a esta horda de intoxicadores.
Los para algunos ‘panzas agradecidas’ lo tienen fácil. A las diez de la mañana a más tardar ya tienen en sus correos electrónicos las noticias más frescas y sus correspondientes réplicas. Este diario tiene todos y cada uno de los nombres.
Este para muchos indecente método es hasta ahora el único que les funciona al PP balear a la hora de manipular en el ámbito de la prensa, toda vez que antaño se fueron al garete unas gestiones dirigidas a hacerse con el control de un conocido digital local.
Afortunadamente sus responsables se olieron la jugada y en un alarde de profesionalidad pusieron freno. Pero esta es otra historia.