Nueva tendencia viral desafía los límites del pudor digital

Selfies en el quirófano: La fiebre de grabarse durante procedimientos médicos arrasa en redes sociales

La obsesión por la popularidad y los likes lleva a algunos a grabarse en quirófanos y consultas médicas para compartirlo en redes sociales

Selfies y y grabaciones en plena operación médica (1)
Selfies y y grabaciones en plena operación médica. PD

Las redes sociales no dejan de sorprendernos.

Justo cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo, llega una nueva moda: grabar selfies y vídeos en mitad de procedimientos médicos.

Desde salas de espera hasta quirófanos, usuarios de todas las edades —pero especialmente jóvenes— sacan el móvil para documentar, en tiempo real, su paso por la camilla.

Y no hablamos solo del clásico “antes y después” de una operación estética, sino de grabaciones durante la intervención o mientras los sanitarios trabajan, con el único objetivo de alimentar la voracidad de likes en plataformas como Instagram o TikTok.

El fenómeno ha crecido tanto que ya preocupa a médicos y psicólogos.

¿Por qué alguien decide inmortalizarse con la boca abierta mientras le extraen una muela, o mostrar cómo le infiltran bótox?

La respuesta está en la adicción a las redes sociales y la búsqueda constante de validación digital.

Adicción al móvil y hambre de notoriedad: ¿quién da más?

El auge de los smartphones ha hecho posible que nadie se resista a capturar cualquier instante. Pero cuando el deseo de documentar supera el sentido común, entramos en terreno peligroso. Muchos jóvenes sufren lo que ya se llama “nomofobia”, el miedo irracional a quedarse sin móvil, unida a la adicción por conseguir likes y seguidores.

Las redes premian lo sorprendente y lo íntimo, y nada resulta más impactante que mostrar tu vulnerabilidad ante una aguja o bisturí. El problema es que este tipo de publicaciones pueden fomentar comportamientos compulsivos, donde el bienestar físico y emocional queda relegado al último plano.

  • Pérdida de concentración
  • Aislamiento social
  • Ansiedad si no se obtienen los likes esperados
  • Priorizar la vida digital frente a las relaciones personales

Según psicólogos, la recompensa inmediata (un corazón rojo, un comentario gracioso) activa los mismos circuitos cerebrales implicados en otras adicciones conductuales. Así, muchos adolescentes —y cada vez más adultos— terminan sintiéndose atrapados por la necesidad constante de reconocimiento público.

El selfie como herramienta médica (y como excusa para el postureo)

No todo es negativo: la tecnología selfie también tiene aplicaciones útiles. Investigadores han demostrado que una simple foto puede ayudar a los médicos a predecir la edad biológica del paciente e incluso su capacidad para resistir ciertos tratamientos oncológicos. Algoritmos como FaceAge analizan retratos para estimar si alguien aparenta más o menos años que su edad cronológica, lo cual puede influir en decisiones clínicas relevantes.

Sin embargo, lo que empezó como innovación médica se ha convertido para muchos en un escaparate donde mostrar sus retoques estéticos o su valentía ante el bisturí. Clínicas privadas ofrecen incluso “Selfie Packages” con iluminación profesional para inmortalizar el antes y después del procedimiento, alimentando así una cultura obsesionada por la imagen perfecta y la visibilidad social.

“La belleza auténtica está en resaltar lo que siempre estuvo ahí”, afirman algunas clínicas en sus redes sociales, pero lo cierto es que muchos usuarios buscan más bien impresionar al público virtual antes que sentirse mejor consigo mismos.

Los peligros del show médico: ética, privacidad y salud mental

La exposición masiva de momentos tan íntimos como una operación médica plantea interrogantes sobre privacidad y ética profesional. Algunos hospitales han tenido que implantar normas estrictas que prohíben grabar dentro de las consultas o quirófanos para proteger tanto al paciente como al personal sanitario.

Además, psicólogos advierten sobre los riesgos emocionales ligados a esta moda:

  • Mayor insatisfacción corporal
  • Comparación constante con otros usuarios
  • Sensación de vacío cuando no se recibe suficiente atención digital
  • Riesgo real de accidentes o complicaciones médicas por distracciones durante los procedimientos

La línea entre compartir experiencias personales e invadir espacios reservados para el autocuidado se desdibuja peligrosamente.

¿Hasta dónde llegaremos por un like?

En un mundo donde casi todo puede ser contenido viral, grabarse durante un procedimiento médico es solo el último síntoma de una sociedad hiperconectada y cada vez más hambrienta de notoriedad inmediata. Los expertos insisten: hay vida más allá del móvil, aunque cueste desconectar.

Mientras tanto, padres, educadores y sanitarios piden más conciencia sobre el uso responsable del móvil y las redes sociales. Porque aunque un selfie pueda traer cientos de likes, ninguna validación digital compensa poner en riesgo nuestra privacidad… o nuestra salud.

Así que si tu próximo plan pasa por grabarte mientras te quitan una muela o te hacen una pequeña intervención estética… quizá sea mejor dejar el móvil guardado —al menos hasta salir del quirófano.

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