Un burdo intento del sanchista Ruiz para arremeter contra Juanma Moreno

La juez investiga por delictiva la entrevista de TVE a una cocinera liberada sindical, presentándola como ‘médico’

Una empleada del SAS, presentada como doctora en TVE, reabre el debate sobre la manipulación política y los límites de la televisión pública

La cocinera María del Mar Suárez, durante la entrevista con a Javier Ruiz en el programa 'Mañaneros 360' de La 1.
La cocinera María del Mar Suárez, durante la entrevista con a Javier Ruiz en el programa 'Mañaneros 360' de La 1. PD

Pillados con el pantalón bajado.

In fraganti.

La televisión pública se encuentra nuevamente en el punto de mira, esta vez de manera literal.

Una entrevista emitida en Mañaneros 360 de La 1, que inicialmente parecía ser un simple testimonio sobre las deficiencias en los cribados de cáncer de mama en Andalucía, ha derivado en un proceso penal que afecta tanto a la entrevistada como al propio programa.

Lo que comenzó como una denuncia sanitaria acerca de supuestos historiales médicos eliminados en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha evolucionado hacia un caso que involucra usurpación de funciones, revelación de secretos y manipulación informativa por parte de RTVE, con repercusiones políticas directas para el presidente andaluz Juanma Moreno.

Mientras avanza la investigación judicial sobre si aquí hubo delito o no, este episodio deja tras sí una imagen compleja: esa representación matutina procedente de RTVE terminó colocando a una cocinera convertida ahora administrativa —y liberada sindical— dentro del papel simbólico asociado a una doctora para lanzar dardos contra un presidente autonómico.

Y aunque esta escena dure solo unos minutos frente al televisor, puede perseguir a dicha cadena mucho más tiempo que cualquier simple segmento dentro del magazine matutino.

La entrevista que desató la controversia

El 22 de octubre, Mañaneros 360 conectó en directo con María del Mar Suárez Rodríguez, trabajadora del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.

Durante la emisión, según relatan las crónicas y los vídeos posteriores:

  • Fue presentada como “médico” y “sanitaria” del hospital.
  • Apareció vestida con bata blanca y un fonendoscopio, mientras un rótulo en pantalla la identificaba como “sanitaria Virgen del Rocío y afectada”.
  • El presentador Javier Ruiz se refirió a ella hasta en tres ocasiones como médica o sanitaria, sin que nadie en el plató ni la propia invitada corrigieran esa información.

En este contexto, Suárez lanzó acusaciones muy serias:

  • Aseguró que en el sistema informático del SAS habían “desaparecido” historiales médicos y pruebas diagnósticas, especialmente mamografías de mujeres afectadas por el fallo en el cribado de cáncer de mama.
  • Respaldó la idea de que el error era “selectivo” y tenía “puntería política”, alineándose con las preguntas de Ruiz, que buscaban conectar el problema con el Gobierno de Juanma Moreno.

Todo esto sustentado por una premisa que ahora está bajo investigación judicial: que quien hablaba lo hacía como personal sanitario cualificado.

Quién es realmente la entrevistada

Fuera del plató, el perfil profesional de María del Mar Suárez Rodríguez es muy diferente al que se presentó ante las cámaras:

  • Entre 1998 y 2021 trabajó como cocinera en el Hospital Virgen del Rocío.
  • Más tarde obtuvo un puesto como administrativa, asumiendo funciones no clínicas.
  • Actualmente figura como liberada sindical de UGT, dedicada a tiempo completo a labores sindicales sin desempeñar tareas asistenciales.

El propio SAS ha dejado claro por escrito que:

  • No forma parte del personal sanitario ni facultativo del centro.
  • No tiene autorización para acceder a historias clínicas ni a pruebas diagnósticas como las mamografías que dijo haber consultado.

Esta discrepancia entre su perfil real y el mostrado durante la emisión es lo que ha motivado la acción legal por parte de la Junta de Andalucía.

De polémica televisiva a caso judicial

Una semana después de la emisión, la asesoría jurídica de la Junta de Andalucía presentó una denuncia ante los juzgados de Sevilla contra Suárez.

En esta denuncia se mencionan varios posibles delitos:

  • Revelación de secretos, por atribuirse acceso a historiales y pruebas médicas sin estar autorizada para ello.
  • Usurpación de funciones públicas, por presentarse y actuar como si fuera médico o sanitaria cualificada.
  • Injurias y calumnias con publicidad, por acusar al SAS de eliminar historiales clínicos conscientemente.

Paralelamente, la Consejería de Salud ha subrayado que:

  • No se ha borrado ningún historial ni prueba diagnóstica.
  • El incidente relacionado con los cribados fue causado por un fallo informático puntual en el sistema ClicSalud+, que se resolvió horas después.

Ahora la investigación judicial se centra en esclarecer:

  1. Qué acceso real tenía la entrevistada a datos clínicos.
  2. Si efectivamente hubo usurpación del rol sanitario ante la audiencia.
  3. Hasta qué punto la presentación televisiva pudo contribuir a cometer delitos o crear su apariencia.

El papel de TVE y la respuesta del programa

La atención no recae únicamente sobre la sindicalista. El formato de RTVE y su presentador Javier Ruiz están siendo objeto de un intenso escrutinio político y mediático, aunque por ahora las acciones legales se dirijan solo contra Suárez.

Los puntos más discutidos son:

  • La decisión del programa al presentarla como “médico” y “sanitaria”, asociando su voz con una autoridad clínica.
  • El uso deliberado de bata, fonendoscopio y rótulos que reforzaban visualmente esa falsa imagen profesional.
  • La falta de aclaración sobre su verdadera categoría laboral durante toda la primera entrevista, mientras lanzaba acusaciones muy graves contra la gestión sanitaria andaluza.

Tras estallar el escándalo mediático, el mismo Javier Ruiz reaccionó en directo:

  • Descalificó la información publicada por ABC, refiriéndose al tema como “bulo del día”, defendiendo que Suárez era “responsable de admisiones en traumatología”, o sea, administrativa.
  • Presentó una resolución sobre concurso-oposición para administrativo como prueba válida para respaldar su puesto laboral.
  • Se volvió a conectar con Suárez, esta vez sin bata ni fonendoscopio y bajo el rótulo correcto: “administrativa”. Ella misma precisó: “Mi primera plaza fue como cocinera. Actualmente soy administrativa en urgencias traumatológicas”.
  • Ruiz llegó incluso a reconocer que pudo haber sido un “error” referirse a ella como médico.

Lo irreparable es ya el impacto ocasionado por su primera aparición; millones vieron cómo actuaba como facultativa en un tema tan delicado como es el cáncer de mama.

Qué dice cada parte: relato político y batalla mediática

En situaciones así, los hechos informativos suelen entrelazarse con interpretaciones políticas:

  • Para la Junta de Andalucía, TVE habría utilizado a una liberada sindical de UGT haciéndola pasar por médica para atacar al Gobierno andaluz e intensificar una acusación falsa sobre eliminación de historiales médicos.
  • Desde una perspectiva crítica hacia RTVE, este caso encaja dentro de un patrón más amplio donde existe sesgo político en sus contenidos, especialmente respecto a gobiernos autonómicos del PP.
  • El equipo detrás del programa defiende su postura alegando que Suárez efectivamente trabaja allí, que fue sólo un error al presentarla así y subrayan que buscaban dar voz al personal afectado por los fallos en los cribados.

Más allá del ruido mediático generado, lo crucial radica en determinar si:

  • Existió engaño deliberado hacia la audiencia al reforzar un rol profesional inexistente.
  • La entrevistada tuvo acceso real a datos clínicos sin autorización previa, tal como ella sugirió.
  • Las afirmaciones sobre historiales desaparecidos caen dentro del ámbito penal o simplemente son parte del debate político-mediático.

Qué se entiende por “personal sanitario” y su relevancia aquí

Parte del debate gira alrededor una cuestión frecuentemente ignorada en televisión: quién puede considerarse personal sanitario.

Dentro del organigrama hospitalario público:

  • Se hace una clara distinción entre personal facultativo y enfermería (sanitarios asistenciales) frente a otros colectivos no clínicos: administrativos, mantenimiento, cocina, etc.
  • El acceso a historias clínicas y pruebas diagnósticas está restringido legalmente solo al personal facultativo directamente involucrado en atención al paciente.

En este caso específico:

  • Tanto la Junta como el propio hospital han enfatizado que Suárez nunca ha sido médica ni enfermera ni cuenta con categoría sanitaria asistencial alguna.
  • Sin embargo, durante la entrevista fue colocada simbólicamente en esa posición: bata blanca, fonendoscopio, rótulo identificativo e incluso tratamiento verbal como “médico”.

Aquí chocan dos universos:

  • El mundo televisivo utiliza códigos visuales para conferir autoridad al testimonio presentado.
  • Y el ámbito jurídico examina si esos códigos sirvieron para ocultar una usurpación profesional con potenciales consecuencias penales.

Manipulación, confianza y televisión pública ante los bulos

Este caso surge en un momento marcado por una profunda desconfianza hacia los medios; además, mantiene bajo vigilancia constante a nuestra televisión pública. Varios elementos convierten esta situación en un ejemplo paradigmático para analizar cómo interactúan información, espectáculo y política:

  • La utilización estratégica del formato entrevista en directo para fortalecer un relato político específico.
  • La exhibición intencionada del decorado sanitario (bata blanca, hospitalización) para elevar artificialmente el estatus del testimonio.
  • La dificultad inherente para corregir errores contextuales cuando ya se ha logrado ese impacto emocional inicial.

Para quienes observan desde casa, las repercusiones son dobles:

  1. Se debilita enormemente la confianza hacia los mensajes relacionados con salud pública; especialmente sensibles son temas tan delicados como lo es el cáncer.
  2. Se refuerza así también esa percepción creciente: nuestra televisión pública no es más que otro campo minado donde se libra una guerra política constante; no hay espacio neutral.

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