Nos negamos a decirle adiós a la tercera temporada de ‘Perdidos en la tribu’ (Cuatro). A la espera de ver ‘Perdidos en la ciudad’ hemos querido repasar los momentos más eróticos de una edición que, sin duda, ha sido la más caliente de todas. ¿No se lo creen? Vean y comprueben.
Es cierto que mostrar ‘carnaza’ en un reality como éste, es fácil. Suele ser costumbre en la tribus a las que se visita, que los lugareños anden en pelotas como si tal cosa y que para ellos, el sexo en todas sus variantes y formas sea tan común como comidas a base de perro, bichos y escupitajos.
Como contrapunto, los españoles suelen ser más mojigatos y conservadores y tardan lo suyo en adaptarse a las características del lugar. Pero al final siempre caen y terminan por enseñarnos lo mismo y más que sus anfitriones.
Este año, la tercera temporada de ‘Perdidos en la Tribu’ ha estado preñada de grandes momentos que pasarán a la historia de los realities no sólo por el contenido erótico sino, sobre todo, por el cachondeo. Y éste es el quid de la cuestión, el porqué nos ha gustado tanto esta entrega, por el descontrol. Echemos un vistazo a los momentos más salvajes, polémicos y calientes que hemos visto durante 10 semanas:
EL VÍDEO DE PRESENTACIÓN DE LOS MERINO
Sucedió en el primer programa, es más, sucedió antes de comenzar la aventura. Los de León no esperaron a mezclarse con los indígenas para quitarse la ropa. Dos de los hijos, Marisol y Víctor, no entendían el significado de la palabra «pudoroso», ni en sentido figurado ni en sentido literal e hicieron sendos desnudos integrales para el casting. Así ¿quién no les iba a contratar?
«PERO QUÉ GRANDE LA TIENE ESTA GENTE»
Durante el segundo capítulo, los Bernhayer se enfrentaron a las primeras ‘diefencias’ para con los que, por aquel entonces, era su tribu, los Suri (recordemos que éstos les echaron y lluego se fueron a convivir con los Tamberma). Tuvo lugar en el río, cuando el padre y el hijo Berhanyer se fueron a bañar con los hombres de la tribu. En primer lugar, les obligaron a desnudarse aunque se negaron con vehemencia mientras que los locales estaban en pelota picada y les pedían que les dibujasen el cuerpo con las manos -lo que incluía ‘sobar’ las partes nobles de los indígenas-. El comentario de Elio fue fantástico:
Hay que ver qué grande la tienen esta gente. Yo no quería tocarles pero ellos me lo pedían. Fue horrible, nunca he hecho nada así.
GUERRA DE PENES: TRIBU NUEVA, MISMAS COMPARACIONES
Y si los Suris les asustaron, los Tamberma les dejaron k.o. Y es que los Berhayer volvieron a vivir el mismo ‘duelo’ de genitales. En el sexto episodio, hubo un intenso debate por saber si los blancos la tenían más grande que los negros. Obviamente los segundos ganaron por goleada. Tanto que uno de los de la tribu, mirando a cámara y como si se comiera una mandarina, se destapó por completo. Tranquilos, el ‘artefacto’ fue censurado y creemos que exagerado, pero nos creemos que aquello muy ‘normal’ no era.
DOS NOVIAS PARA ELIO
También en el sexto capítulo y también con los de Marbella como protagonistas, se vivió otro momento erótico-festivo. Así como el que no quiere la cosa, un nativo agarró a una de las suyas (que iba en top-less) y se la ofreció a Elio como presente. Claro, el marbellí flipaba mientras que su novia no entendía muy bien de qué iba todo aquello. El africano insistía e insistía y no le entraba en la cabeza el concepto de la monogamia y con un «qué triste me parece», se fue. A todo esto, el regalo en cuestión -la chica Tamberma- mira con cara de pánfila como diciendo: «Bueno, pues esto es lo que toca hoy. Mañana será con otro y tan contenta que estoy, ala».
CONVERSACIONES SEXUALES INTERRACIALES Y SEXO EN EL DESIERTO
Los Navarro llegaron al concurso en sustitución de los Bernhayer y, desde el primer momento, aplaudimos la decisión del casting. Los de Sevilla, con perdón de la gran Marie, han sido los que más juego han dado, y en el terreno sexual también. Recordemos que los cabeza de familia, Isa y José, se presentaron como un matrimonio en crisis. Ella estaba aburrida y él no sabía qué hacer para contentarla. Él, no, pero los Suri, sí.
En un momento dado, descubrió la versión africana de las peluquerías chonis españolas. Todas las mujeres Suri, la convocaron para hablar de sus cosas. Y ‘cosas’ es un eufemismo de sexo. Sí, sí. Ellas están felices con sus hombres. Daban detalles específicos del tamaño del miembro que les da placer y la sevillana, rota de la risa les informaba que la ‘herramienta’ de su marido era algo así como un cacahuete quemado. Y con un montaje de premio, la escena se intercalaba con planos del matrimonio andaluz sin mirarse a la cara y al son de ‘Se nos acabó el amor de tanto usarlo’ (obra y gracia de la más grande).
Un par de capítulos más tarde, los Suri mandaron a la pareja a pasar una noche a solas en una de las chozas. Isa no estaba muy por la labor pero finalmente hubo ‘premio’, Doble premio, en realidad. Al día siguiente, entre risas, José no se cortó en contar, con todo lujo de detalles a los nativos, lo bien que se lo había pasado.
EL TOPLESS DE LA DISCORDIA
Y, de nuevo, los Berhanyer nos dieron uno de los grandes momentazos de la temporada. Recordemos que Elio es el hijo del patriarca Berhanyer (Juan Carlos) y que se llevó a la aventura a su novia Liz. En el capítulo 7, vimos como los Tamberma quisieron que ambos se sometieran a un rito de iniciación cuya norma básica era pasar la noche en el bosque (bueno, bosque no, porque hay cuatro árboles: uno, dos, tres y cuatro. Punto) en pelota picada.
A Elio le costó desnudarse pero, al final, nos dio un primer plano de su inmenso pandero. Liz, en modo Leticia Sabater, no se resistió demasiado y se quitó el top -tranquilos, que había censura-.
El caso es que, al día siguiente, a Elio le raparon la cabeza, algo que no le sentó muy bien al joven por lo que ya iba ‘calentito’. Cuando vio a su chica medio despelotada y cantando bajo un árbol entró en cólera y en plan pantojil le dijo:
No me vais a grabar más (o algo parecido)
Lo increíble fue cuando la pareja se reconcilió y Liz, tan modosita, le dijo:
Me he asustado un poco pero me ha gustado mucho que me defiendas tanto.
LAS TETAS DE CHABELI A JUICIO
Y, por fin llegamos al momento por el que ‘Perdidos en la tribu 3’ será recordado. ¿Quién nos lo dió? Chabeli Navarro, la misma que se presentó toda orgullosa de sus pechos operados se enfrentó a un reto cuando se tuvo que bañar junto a su madre y al resto de mujeres de la tribu. La chica opuso toda la resistencia de este mundo y una de las Suri le llegó a decir:
¿Te avergüenzas de tenerlas tan grandes?
No era eso sino que, según contó, tenía un novio en España al que no le haría mucha gracia. De nada sirvió, porque una nativa le arrancó las ropas que llevaba y le vimos el pecho en todo su esplendor. ¡Gracias África!