La tercera temporada de 'La Voz' es, con una sola entrega, la mejor de la historia del talent-show

Grandioso estreno de ‘La Voz 3’ en el que Laura Pausini se convierte en la peor pesadilla de Malú

Maravillosa realización, coaches en estado de gracia, divertimento y muchas sorpresas para uno de los espectáculos televisivos del año

Grandioso estreno de 'La Voz 3' en el que Laura Pausini se convierte en la peor pesadilla de Malú
Laura Pausini.

Con sólo ver las tres primeras audiciones a ciegas de ‘La Voz 3’ nos damos cuenta de que estamos, no sólo ante la mejor temporada del talent-show de Telecinco, sino ante uno de los espectáculos más relevantes del año.

Lo que vimos anoche, día 23 de marzo de 2015, es televisión en estado puro. Buen casting, mejoras técnicas y un cuarteto de coaches en estado de gracia, fueron las claves del éxito. La gran noticia es que, por fin, Malú se ha descubierto como un personaje torpe y antipático tras ser ‘devorada’ por una nueva diosa catódica, Laura Pausini.

Pongamos un ejemplo de lo que es ‘La Voz 3’: Al escenario salió a cantar Juañarito, sobrino de José Mercé, y sólo Laura Pausini y Malú giraron sus sillas. Para convencer al talent de que entrara en su equipo, Malú saltó de su asiento se acercó al concursante y se puso a cantar una bulería improvisada, a los 30 segundos, Alejandro Sanz y Orozco se unieron al ‘festín’ flamenco mientras que la Pausini miraba desde lo lejos sin saber muy bien que hacer.

De pronto, la italiana se va directa al escenario y se marca una inolvidable y tronchante versión flamenca de su mítico tema ‘Se fue’. Era la tercera actuación de la noche y ya sabíamos que ‘La Voz3’ va a pasar a la historia de la tele.

La primera gala de las audiciones a ciegas de ‘La Voz 3’ fue perfecta. Por fin, la versión española de uno de los talent-shows más conocidos del planeta, está a la altura (y de sobra) de las que triunfan en otros países. Lo que vimos anoche no le tiene nada que envidiar a lo que hacen en Estados Unidos o en Holanda.

Tras una buena primera temporada y una segunda del todo mediocre, ‘La Voz 3’ ha roto límites y se ha renovado sin faltarle al respeto a los fans del formato.

¿Cuál ha sido el secreto? El primero de todos, los coaches. Malú y Antonio Orozco son los veteranos, mientras Laura Pausini y Alejandro Sanz son la savia nueva que se necesitaba. Los cuatro forman un team sin fisuras y encajan en sus distintas personalidades, tanto que hasta sus ‘defectos’ de hacen virtudes.

Orozco sigue siendo el ‘poeta histriónico’, pero ya no molesta tanto como antes. Alejandro Sanz ejerce de ‘papá pitufo’ graciosete. Malú continúa en su papel de ‘borde que finge que no lo es, pero se le nota’ y Laura Pausini es… ufff, cómo definirla: el alma de la fiesta. Posee una naturalidad tan estudiada, pero tan creíble que es imposible no empatizar con ella.

Las cuatro estrellas hacen lo que tienen que hacer: picarse entre ellos, hacer el payaso, improvisar, emocionarse, volverse locos… Por fin se terminó el encorsetamiento y el miedo a ‘ofender’ al rival-amigo.

‘La Voz 3’ es el ejemplo de que en España se pueden superar nuestros propios prejuicios. Aquí nos creemos que si adaptamos un programa, lo vamos a hacer más barato y, por lo tanto, peor. Y entonces vemos un espectáculo como este y ‘¡zas en toda la boca!.

Y aparte de los coaches, destacar que ‘La Voz’ ha crecido mucho a nivel técnico. La iluminación es mejor, más nítida; el montaje, más pausado, más digerible, menos atropellado pero para nada aburrido.

Problema: ‘La Voz 3’ es tan televisivamente soberbio que la música, su razón de ser, pasa a un segundo plano. No es que al show le hayan importado alguna vez los concursantes (aquí, los auténticos protagonistas son los coaches) pero en esta ocasión, la discriminación es mayor. La música es la excusa, no el sustento.

De los once talents que vimos anoche, realmente, recuerdo a tres o cuatro: A José Manuel, el cantante lírico que se quedó con Alejandro Sanz; a Iván y Mikel, hijos del gran Mikel Herzog.

Y, por supuesto, mención aparte merecen las gemelas Alba y Marta, no por su talento musical (que también), sino porque cantaron escondidas tras un telón. Ni los coaches, ni el público, ni nosotros desde casa, podíamos saber quiénes eran. Es más, nos hicieron creer que se trataba de una sola artista.

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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