Mercedes Milá: Dejadme ir tranquila y feliz
El jueves 8 de septiembre de 2016 se estrenó ‘Gran Hermano 17’, una edición legendaria puesto que Mercedes Milá dijo adiós tras 15 años presentando el reality de Telecinco. Jorge Javier Vázquez tomó su relevo y, de momento, no está en su salsa. Es más, esta fue una de las peores galas que se recuerdan.
LAS LÁGRIMAS DE MERCEDES
Siempre se ha dicho que Mercedes Milá era GH y era cierto. De las 16 ediciones emitidas, ella presentó 15 (la tercera fue de Pepe Navarro) y la catalana se fundió como nadie con su programa, su criatura. Lo defendió, lo amó, lo odió, a veces, y lo vivió como nadie.
Pero el hartazgo y los desacuerdos económicos hicieron que tirase la toalla y Vasile le diese su puesto a su niño bonito, el sobreexplotado, Jorge Javier Vázquez.
El 9 de septiembre de 2016, Milá entró en el plató, su plató, por última vez, rodeada de muchos de ‘ex grandes hermanos’, sus ‘niños’, que le pedían a gritos, que no se fuera. (toma palo, por cierto, para Jorge Javier).
Por mucho que la Milá quisiera ser amable con su sustituto, no coló. Se le notaba dolida y celosa, le interrumpía constantemente, demostrándole que a natural no le gana nadie.
Llegó el momento de la despedida y Mercedes rompió a llorar. Jorge Javier le dio un abrazo extraño, ella le cedió el testigo y le mandó un mensaje a todos sus fans indignados con su adiós:
Dejadme ir tranquila y feliz
JORGE JAVIER NO ESTÁ EN SU HÁBITAT
Para que Jorge Javier no se nos enfade, decir que es no es un gran presentador, es uno de los mejores, si no el mejor, en lo suyo. Y lo ‘suyo’ es eso a lo que está acostumbrado, el directo loco de ‘Sálvame’, el famoso al que puede humillar porque está ahí para eso.
Vázquez es un genio de la improvisación. Es un hacha en el cara a cara. No tiene mucho corazón, es pura racionalidad y eso juega en su favor cuando se trata de sacarle los colores a Chabelita, a Carmen Lomana o a Aramís Fuster.
El humor de Vázquez es genuino y capaz de levantarte una gala como ‘Supervivientes’ por sus propios méritos. El problema es que ese tipo de reality con famosos no es lo mismo que GH. Aquí no hay celebrities que entran en el juego de la venta moral más baja desde el comienzo.
Una gala como cualquiera de las de ‘Gran Hermano’ se hunde sin un guion muy cerrado. El problema es que Jorge Javier no sabe leer. Se le nota mucho lo encorsetado que está. No es natural, algo que ya comprobamos en ‘Hay una cosa que te quiero decir’ o en ese espanto de ‘Cámbiame Premium’ o incluso como actor en su obra de teatro). Se pone nervioso y pone esa sonrisa que parece de autosuficiencia pero que en realidad es de timidez o pudor.
Sólo cuando entrevistaba a los familiares de los concursantes hemos visto al Jorge Javier de verdad, al incisivo, al rápido, al cachondo. Destellos de un presentador que posiblemente estaba asustado por el marrón que le ha tocado asumir. Pero que, para ser justos, en su estreno, ha estado francamente mal.
A Jorge Javier dale carnaza rosa, no anónimos. Eso sí, es tan bueno que, espero, en cuanto tenga confianza con los concursantes, cuando éstos se suelten, la cosa cambiará.
Lo que pasa es que la Milá, por ejemplo, leía mil veces mejor el guion porque no se le notaba o porque directamente no lo hacía. Solo le pido a Vázquez más soltura.
UNA GALA SIN PIES NI CABEZA
Pero lo peor de la gala 0 de ‘GH17’ no ha sido su presentador ni mucho menos sino un guion demencial que exigía un manual de instrucciones para entenderlo.
Un servidor ha visto la gala con cinco personas y ningunos nos enteramos realmente cuál era la mecánica de este año ¿Cuál era la mentira? ¿Cuáles los retos? ¿Quién se conocía y quién no? ¿Quién se iba esa noche? Ah, que no era nadie…
Tanto batiburrillo resultaba tedioso. A ver, primera lección de guion: si no se entiende aburre. Mi trabajo era ver la gala entera y se me ha hecho insoportable la tentación de no cambiar de canal. Qué peñazo.
Y para colmo, ninguno de los trucos, giros o pruebas, era nuevo. Ya lo habíamos visto en otras ocasiones, para empezar en la última.
UN CASTING REGULAR
Y por último, hablar de lo más importante de cualquier reality: el casting. Bueno, ni fu ni fa. Sólo uno me ha dejado con la boca abierta. Obviamente hablo de Miguel, el primero en entrar, modelo de edad indefinida, guapo, estiloso, prepotente que , de pronto… ¡zas! Se quitó el peluquín (en plan Kimberly en ‘Melrose Place’) y resulta que era calvo. Pero calvo en plan paleto. Pasó de ser Jon Kortajarena a ser Pepe Viyuela en un segundo. Ni su compañera de piso lo sabía. Muy heavy.
El resto, mucho choni, mucho cachas, mucho hípster, mucha histérica, mucho chulito, y mucha choni …Esto ya lo he dicho ¿no?