Segundo día de altercados en un colegio público de Madrid

(PD).- El segundo día del curso escolar en Madrid ha vuelto a dejar escenas de tensión en el colegio Cristóbal Colón, antes conocido como San Roque, del distrito de Villaverde.

Un centenar de padres gitanos -el doble que ayer- ha protestado en las puertas del centro y se ha enzarzado en una disputa con los padres de los niños payos que ahora ocupan el colegio que hasta este curso correspondía a sus hijos. Al igual que ayer, los niños gitanos no han podido entrar a las clases.

«Hemos llegado con las criaturas a las nueve de la mañana y nos han dado con las puertas en las narices», ha explicado a este periódico Liria de la Cruz, portavoz de la asociación de padres y madres del antiguo San Roque.

Según el relato de esta madre, había una importante presencia policial que les ha cerrado el paso y, aunque han forcejeado, no han podido pasar. Además del rifirrafe con los agentes, se han producido enfrentamientos entre padres de una y otra etnia. Según De la Cruz, «un padre payo se ha enfadado mucho porque estábamos asustando a sus hijos, pero es que los nuestros se han quedado en la calle», añade.

Más movilizaciones

«No queremos enfrentamientos, queremos justicia, queremos lo mejor para nuestro hijos como cualquier padre», sostiene esta madre, que se queja de que la dirección del centro les prometió una solución «y dejar a los niños fuera no lo es». Por eso, anuncian nuevas movilizaciones los próximos días.

El origen del conflicto se encuentra en la decisión del Gobierno de Madrid de permutar dos colegios. Uno, el de San Roque, con mejores instalaciones y más amplias, pocos alumnos y un 80% de ellos de etnia gitana. El resto, niños extranjeros de 20 nacionalidad distintas. En este centro sólo estaban ocupadas 210 de sus 600 plazas. A menos de 300 metros, se encuentra el Cristóbal Colón, donde las peticiones de escolarización excedían en más de 130 las 300 plazas de que dispone. Debido a la saturación, el colegio no tiene biblioteca ni sala de informática, ya que su espacio ha sido ocupado por aulas.

Desde hace años, los padres de estos niños, todos payos, reclaman una solución, por ejemplo que se construyera un nuevo colegio.

La Comunidad de Madrid, que asegura no tener suelo en la zona, decidió a finales del curso pasado cambiar de uno a otro colegio el alumnado, los profesores y hasta los nombres de los colegios. De esta manera, los niños del San Roque seguirían yendo a clase al San Roque, con la salvedad de que es otro colegio, más pequeño, más viejo y con peores instalaciones.

Los padres de los gitanos quieren que sus hijos sigan en el colegio de siempre y proponen que niños gitanos y payos convivan en las mismas instalaciones -todo suman 640 niños-. Como los padres payos se niegan a esta solución, los gitanos les acusan de racistas. Sin embargo, los padres payos alegan que sus razones nada tienen que ver con la etnia, sino con el nivel educativo de estos alumnos, que es muy bajo a causa del absentismo.

En el colegio de la disputa, la policía intervino ayer para desalojar a decenas de familias que se negaban a aceptar el traslado de los alumnos del vecino centro.

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