(PD).-El preboste Álvaro Marchesi, responsable de las infaustas reformas educativas socialistas de los últimos 25 años que han conducido al sistema educativo al borde del precipicio, ahora desde su nueva reencarnación como Secretario General de la OEI, sigue haciendo favores al Gobierno y a la Ministra de Educación Cabrera, lanzando “estudios distractivos” con el fin de eludir los verdaderos problemas de la educación.
En su afán por estudiar las cosas que “de verdad afectan y preocupan a los españoles respecto a la educación”, Marchesi estudia “cómo se perciben a sí mismos los profesores noveles”, en el I Seminario Iberoamericano sobre el Desarrollo Profesional de los Docentes, dónde se ha presentado este estudio.
Al parecer las reflexiones sobre el “cambio educativo” no incluyen el fracaso escolar, la violencia en las aulas, la crisis de la autoridad del profesor, la creciente disidencia de padres que objetan contra que el Estado forme la conciencia moral de sus hijos. Estos y otros temas están ausentes de una agenda tan buenista como negadora de la realidad.
El informe además de escaso e insolvente técnicamente, elude las principales cuestiones que afectan al profesorado, en especial el impacto que significa para ellos trabajar a diario en un ambiente que les expone a un serio riesgo psicosocial para su salud. En el informe y en estas jornadas Marchesi pasa de puntillas sobre los indicadores escandalosos de fracaso escolar (informe PISA) que sitúan a España en el vagón de cola de Europa, sobre la violencia que sufren los profesores a diario en los centros y sobre la que sufren los propios alumnos.
Para Marchesi, los profesores deben tener las herramientas y el conocimiento para que los alumnos alcancen cuatro aprendizajes fundamentales: «Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser». Todo se resume en “Aprender a”. De lo que no habla Marchesi es de “aprender que” y menos en qué lengua vehicular.
En el marco de esta conferencia, una vez más los valores, los afectos, la educación sentimental emocional y socioafectiva tienen prioridad. Las matemáticas, el conocimiento tecnológico, las humanidades, la filosofía o el aprender a pensar críticamente son algo secundario según los organizadores de este congreso.
Al parecer el analfabetismo funcional cronificado de los niños y jóvenes españoles, o el hecho de que en la totalidad del territorio del Estado Español sea ya imposible escolarizar en su propia lengua materna a los propios hijos no forman parte de los análisis ni de las reflexiones de los reunidos.
Entre las perlas a las que dedica su dinero la Fundación SM y su tiempo el Secretario de la OEI, figura estudiar “qué recuerdo guardan los docentes de sus primeros años”.
Una conclusión tautológica e inefable de este estudio, es que “los profesores consideran que con el tiempo se han convertido en mejores profesores que antes” (sic). Evidente de toda evidencia.