El fracaso universitario en España cuesta a los españoles 3.000 millones de euros al año
Detrás de las medidas de ahorro en el sistema educativo, el ministro José Ignacio Wert ha establecido el enfoque que quiere para la futura reforma de enseñanza: premiar a los alumnos excelentes y penalizar de alguna manera a aquellos que contribuyen a elevar las cifras del fracaso educativo de nuestro país.
Wert señaló recientemente en La Gaceta que «a pesar de los esfuerzos presupuestarios de los últimos años, el nivel de exigencia en nuestras escuelas se ha rebajado y se ha instalado en las aulas la cultura del acomodo».
Los datos hablan por sí solos: uno de cada cuatro alumnos -el 28%- abandonan todos los años sus estudios sin lograr el título de secundaria; un 35% de los estudiantes ha repetido al cumplir los 15 años; los universitarios solo aprueban un 64% de los créditos de los que se matriculan y, otra cifra preocupante: solo contamos con un 3% de alumnos excelentes
El ministro explicó que «las reformas que se pongan en marcha en los próximos meses y en los próximos cursos académicos no fructificarán si, entre todos no desterramos de una vez por todas la falta de exigencia y la mediocridad en nuestra educación para sustituirla por la cultura del esfuerzo, el mérito, la satisfacción del trabajo bien hecho, la autoexigencia y la responsabilidad».
Por este motivo, ser poco aplicado va a ser casi prohibitivo.
El real-decreto que aprobó el Consejo de Ministros la semana pasada contemplaba una subida de hasta un 566% para los repetidores respecto al modelo actual.
Además, el ministro también ha propuesto elevar los requisitos académicos para acceder a las becas universitarias, que consistirá en que la nota media pase de 5 a 5,5 puntos en el caso de la beca general -pago íntegro de matrícula- y de 5,5 a 6 puntos para las compensatorias o ‘becas-salario’ -ayuda mensual para que los alumnos no dejen de estudiar por trabajar-.
Además, para mantener las ayudas, los alumnos tendrán que aprobar el 85% de los créditos.
El coste del fracaso educativo
Estos requisitos pueden ser, sin duda, una motivación para que los alumnos estudien más y, a largo plazo, mejoren los índices de nivel educativo y rebajen el gasto que supone mantener a los repetidores en el sistema educativo.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal indicó la semana pasada que el fracaso universitario en España «cuesta a los españoles 3.000 millones de euros en inversión».
En la etapa de secundaria, el abandono educativo supone un alto porcentaje de pérdidas salariales, según un reciente estudio del Instituto de Formación del Profesorado (Ifiie), del Ministerio de Educación.
Según el informe, la eliminación del abandono educativo «favorecería la incorporación de las mujeres al mercado laboral, lo que se traduce en un aumento relevante de sus salarios».
El informe también recopila otros beneficios no monetarios. Mejorar el nivel educativo -dicen los autores- «repercute no solo en los aspectos monetarios ligados a las capacidades productivas del individuo, sino también en la configuración de un conjunto de decisiones y ocupaciones de gran importancia para el mismo, así como de su forma de pensar, de actuar y de relacionarse con la sociedad».
Así, dice el informe:
«Este tipo de efectos de la Educación se refleja en ámbitos como los hábitos de la salud, las pautas de consumo y ahorro, las decisiones en el ámbito familiar y los comportamientos y relaciones sociales».
NOTA.- leeer artículo original en ‘La Gaceta’