El Gobierno socialcomunista elimina la Historia de España anterior a 1812 en Bachillerato

La ideología de los nuevos libros escolares de Sánchez: ‘mucha’ Eutanasia, Franco ‘malo’, Greta ‘buena’ y viva el PSOE

Termas de estudio son el cambio de sexo, la lucha de los 'trans' y el papel residual de la monarquía

La ideología de los nuevos libros escolares de Sánchez: 'mucha' Eutanasia, Franco 'malo', Greta 'buena' y viva el PSOE

Sería para partirse la caja de risa, porque es ridículo, sino buena tan pernicioso para la educación de los niños españoles.

No se trata sólo de que el Gobierno socialcomunista elimine la Historia de España anterior a 1812 en Bachillerato.

O de que las Matemáticas se enfoquen desde eso que llaman ‘perspectiva de género’.

Los libros de texto de la ‘ley Celaá’ encumbran al mentiroso Sánchez con imágenes de ‘Vota PSOE’, y en ellos la izquierda más doctrinaria lo inunda todo, con Greta Thunberg como heroína del ecofeminismo y la eutanasia como valor social.

Los contenidos que el Ministerio de Educación exige a las editoriales de libros de texto del próximo curso son un escandaloso ejemplo de la memez del PSOE y Podemos.

Como subraya ABC en su editorial, este 28 de mayo de 2022, nunca hasta ahora un Gobierno había introducido en la enseñanza tanta propaganda oficial, tanta autocomplacencia y tanto adoctrinamiento. Y sin sutilezas.

Es sanchismo a borbotones para los niños y jóvenes. Se trata de algunos libros de Valores Cívicos y Éticos y de Filosofía, a partir de Bachillerato, aunque la ideología empapa también Lengua, Literatura Catalana, Historia del Mundo Contemporáneo, Religión…

Nada escapa al divismo del tipo que se abraza a los proetarras, alaba a los golpistas y falsifico su tesis.

Dorar la pílda a su penosa gestión de gobierno es un eje esencial.

El repaso del compendio de leyes aprobadas por este Gobierno es constante.

Aparece sistemáticamente la memoria democrática, con toda su dosis de sectarismo y su lejanía del rigor histórico.

Lo mismo ocurre con la eutanasia, con el intervencionismo en la vida de los ciudadanos a través de la alimentación, o con el feminismo como icono de lucha contra una sociedad machista.

La cuestión del género, orientada hacia esa maltrecha concepción del feminismo que encarna la izquierda, lo intoxica todo. La mujer, como eje de las Fuerzas Armadas, de la ciencia, de la violencia de género o de los estereotipos de sexualidad, es víctima de una consigna viciada de dogmatismo intolerante.

No se trata solo de orientaciones ideológicas burdas, sino de una manipulación sistemática de la enseñanza, casi fanática, en virtud de criterios de pensamiento único y sin margen a las ideas propias, a la reflexión del alumno o al debate plural y abierto.

Es otra dosis más, como ocurre en tantas normas del Gobierno, de consumismo ‘progre’ con exigencias identitarias y de pertenencia, según las cuales solo la izquierda representa el sano progreso y la derecha se identifica con una mala ciudadanía.

Ejemplos sobran. La Monarquía es una forma residual de representar a un Estado, y el ejemplo gráfico es el de una anciana Reina de Inglaterra junto a otra fotografía de un monarca de Suazilandia prácticamente desnudo. Las diferencias entre Monarquía y república están claramente inclinadas hacia la segunda como mejor modelo de Estado.

Para ilustrar las bondades de la eutanasia, aparece la imagen de la película ‘Mar adentro’, con el actor Javier Bardem representando a Ramón Sampedro como una suerte de héroe de la democracia. Hay mucho activismo ‘ecofeminista’ y Greta Thunberg es presentada como una líder mundial.

Los menas son víctimas del sistema, y la memoria histórica es ilustrada con un montaje gráfico en el que aparecen veladamente la bandera de la república y el anuncio oficial de la vicepresidencia primera del Gobierno. Sin rubor. Por supuesto, aparecen fotos de carteles electorales de Pedro Sánchez, sonriente, con un ‘Vota PSOE, vota sí’, y su hito es la exhumación del cuerpo de Franco del Valle de los Caídos.

Más aún, hay referentes al independentismo como valor activo de la política actual; la ‘marea verde’ de la enseñanza y sus sindicatos son un modelo social; y hay gráficos económicos que dicen que este Gobierno es el que más gasto social realiza y el que más recauda para financiarlo. Nunca nadie hizo tan poco por la educación.

Y nunca ningún presidente en democracia incurrió en este ejercicio de abuso escolar, de ventajismo político y de perversión educativa.

 

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