Medicamentos cronometrados

(RD / EP).- Un reciente hallazgo sobre el funcionamiento del estómago marcará el diseño de los fármacos del futuro, que en unos años podrían ofrecer la posibilidad de adecuar sus formas, peso y materiales al tipo de enfermedad para la que hayan sido recetados dependiendo de si queremos obtener un alivio inmediato o si por el contrario, buscamos que sus efectos tengan duración a largo plazo.

Éste es uno de los mensajes lanzados hoy en Madrid por el profesor de Ingeniería Mecánica, Bioingeniería y Matemáticas de la Universidad de Pensivania (Estados Unidos), James G. Brasseur, y por el doctor Bertil Abrahamsson, investigador del Centro de I+D de AstraZéneca en Mölndal (Suecia), responsables del descubrimiento.

Ambos investigadores, acompañados por el presidente de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), José Manuel González, explicaron las conclusiones de su artículo ‘Una autopista del estómago o Magenstrasse para el vaciado estomacal’, publicado en el último número de la revista ‘Journal of Biomechanics’.

El estudio, realizado a partir de un modelo informático con el que se consiguió reproducir en una pantalla los movimiento del estómago durante el vaciado de los alimentos, demuestra que este proceso no se realiza como si el estómago se comportase como un globo, sacando las partículas en el mismo orden en el que entran. En realidad, estas sustancias salen por un camino estrecho que cruza el estómago y al que los responsables de este estudio han dado en llamar ‘autopista gástrica’ o su denominación en alemán: ‘magenstrasse’. Según Brasseur:

«Este descubrimiento podría explicar la elevada variabilidad observada en el tiempo de inicio de la acción de un fármaco y podría tener implicaciones importantes tanto en lo que se refiere a la administración como a la digestión de los fármacos».

Y añade:

«Los fármacos que se liberen en la ‘magenstrasse’ entrarán en el duodeno rápidamente y en concentraciones elevadas. Sin embargo, los fármacos liberados fuera de la autopista de vaciado gástrico se mezclarán más a fondo y entrarán en el duodeno mucho más tarde y a concentraciones más bajas»

Según el experto, el diseño de los fármacos del futuro deberá tener en cuenta el tipo de material en el que son fabricados, ya que los materiales más densos «caerán con más rapidez» al fondo del estómago y los más ligeros «tenderán a flotar».

También será clave la forma del medicamento, ya que esto influirá en la forma y rapidez con la que se desplace y pueda llegar a la autopista gástrica. Controlando estas variables podremos fijar el tiempo y modo en el que queremos que los medicamentos hagan efecto en el paciente.

A pesar de la importancia del hallazgo, este experimento supone sólo el primer paso de un camino en el que quedan muchas dudas por resolver, como aquella que plantea la posibilidad de que el proceso de vaciado estomacal se produzca de forma ‘inteligente’ en función de los alimentos ingeridos o de las necesidades de cada organismo.

Otra de las incógnitas está en el uso de este hallazgo en el ámbito clínico, una opción que por ahora no contemplan los investigadores quienes, sin embargo, reconocen su incidencia en el estudio de enfermedades como la anorexia o la bulimia, incluso en el análisis de los efectos de técnicas como el balón gástrico.

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