A nivel mundial, los accidentes automovilísticos y las lesiones en la carretera son las principales causas de muerte entre los adolescentes. En los Estados Unidos, por ejemplo, los conductores más jóvenes tienen la tasa más alta de accidentes y lesiones relacionadas con la conducción. «Es un gran problema de salud pública», dice Elizabeth Walshe. Como neurocientífica cognitiva, estudia cómo funciona el cerebro. Walshe trabaja en Filadelfia en la Universidad de Pensilvania y en el Hospital de Niños, según recoge sciencenews y comparte Paula Dumas para Periodista Digital.
La experiencia de conducción, o la falta de ella, es importante. Sin embargo, no es el único factor de riesgo de un conductor adolescente. La edad también parece ser un predictor de quién está en riesgo de caer en un accidente. Entonces, el equipo de Walshe se propuso aprender qué distingue a los conductores jóvenes.
Ese equipo siguió a un grupo de niños durante siete años, comenzando cuando tenían entre 11 y 13 años. Cada pocos años, los investigadores midieron los rasgos relacionados con un accidente automovilístico. Al final, le preguntaron a 84 de los participantes sobre sus experiencias de manejo, incluidos los choques. Aproximadamente tres de cada 10 reportaron al menos un accidente.
Los investigadores se centraron en la memoria de trabajo de los participantes. Almacena recuerdos temporales para ayudar al cerebro a procesar información en el momento, explica Walshe. Piense en ello como la memoria de acceso aleatorio o RAM de una computadora. Para evaluar su memoria de trabajo, los participantes tomaron una prueba de computadora que midió su tiempo de reacción.
Los científicos descubrieron que el riesgo de accidente no estaba relacionado con la memoria de trabajo que tenía un participante al comienzo del estudio. En cambio, estaba vinculado al ritmo al que se desarrolló la memoria de trabajo de un adolescente.
Conocer la relación entre la RAM del cerebro y el riesgo de accidente podría mejorar la seguridad de los conductores jóvenes. Walshe imagina que los adolescentes se harán un examen en el consultorio de un médico. Comparar el desarrollo de la memoria de trabajo de los niños con el de sus compañeros podría identificar a los adolescentes con mayor riesgo de sufrir un accidente. Y podría señalar quién podría usar más ayuda durante el entrenamiento de conductores.
El equipo de Walshe compartió sus hallazgos el 13 de septiembre en JAMA Network Open.
Formas de ayudar a la memoria de trabajo
Conducir es una tarea compleja. El cerebro ayuda a los conductores a conducir sus vehículos. Al mismo tiempo, los conductores deben estar atentos a los peatones y otros vehículos. En todo momento, el cerebro actualiza constantemente la información para ayudar al conductor a planificar el próximo movimiento.
«Hay muchas cosas que deben ser rastreadas y respondidas al mismo tiempo», señala Monica Luciana. Es neurocientífica cognitiva en la Universidad de Minnesota en Minneapolis. Con experiencia, estas tareas se vuelven más automáticas. Es como aprender a andar en bicicleta, dice ella. «Inicialmente, probablemente tenías que pensar mucho en lo que estabas haciendo».
