La policía ha detenido a un sospechoso, que ese mismo día disparó contra un empresario
El crimen ha conmocionado a los activistas pro-vida de Estados Unidos. La víctima tenía 63 años, de los que había dedicado mucho más de la mitad a predicar contra el aborto.
Le dispararon desde un coche en marcha. Y sin previo aviso.
Se llamaba James Pouillon y fue asesinado el pasado viernes cuando se encontraba a las 7 de la mañana a las puertas de un instituto de Owosso, una ciudad de menos de 15.000 habitantes a pocos kilómetros de Flint (donde nació el cineasta Michael Moore), en el estado de Michigan.
Pouillon era conocido por la tenacidad, la vehemencia e incluso la truculencia de su estilo de protesta. Solía plantarse a las puertas de los institutos portando fotos de fetos.
Troy Newman, presidente del movimiento americano pro-vida Operation Rescue, lamentó su muerte. Se conocían hace quince años.
Las palabras de Mewman tiene mucho peso, porque no es de los que se dejan cegar por ideas o sentimientos. Hace pocos meses condenó de forma tajante el asesinato en Kansas de George Tiller, un conocido médico abortista tiroteado cuando estaba en la iglesia:
«Estamos muy poco de acuerdo, si es que lo estamos en algo, con los defensores del aborto, pero ahora tenemos en común el llamamiento contra la violencia».
En los grupos que hacen campaña constante contra el aborto, se presenta ya a Pouillon como eel «primer mártir pro-vida».
Según se explica en Flint News, no está al cien por cien claro que las ideas de James Pouillon fueran la causa de su muerte.
La policía ha detenido a un sospechoso, Harlan James Drake, que ese mismo día disparó contra un empresario local sin ninguna relación con el movimiento pro-vida. Y al parecer planeaba atentar contra una tercera persona si no hubiera sido detenido antes.
Una posibilidad -como explica Anna Grau en ABC– es que eligiera blancos muy visibles y llamativos. Y Pouillon, protestando a las puertas de un instituto, lo era.