Si el sacerdote confiesa el alma, nosotros los médicos confesamos el cuerpo
Quince minutos por paciente. El tiempo que tiene de media un médico para pasar consulta. Esta celeridad en el trato es la dolencia que el doctor De la Morena diagnostica al actual Sistema Nacional de Salud. Los síntomas se identifican con que al médico se le «ha quitado la facultad de dialogar con el paciente».
Precisamente para este facultativo y autor del libro «¿Qué me pasa, doctor?» (Buenas letras) saber escuchar al paciente es la clave de un correcto funcionamiento.
«No cabe duda de que la Sanidad españolas es una de las mejores del mundo pero el problema es haber convertido al médico en un funcionario de ocho a tres. (…) A la Medicina hay que darle libertad de horario.»
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«Por desgracia está en manos de personas ajenas a la profesión. En manos de administrativos que no han vivido la Medicina».
Para Enrique de la Morena al perder la capacidad de escuchar con calma al paciente se pierde también la confianza que éste deposita en el especialista.
«Vamos muy poco al médico porque tenemos miedo de que ‘nos encuentre algo’. Y hay que hacer entender al paciente que la prevención es básica. Hoy, un tumor (por ejemplo) cogido a tiempo reduce notablemente la mortalidad.»
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«Y el error más común que una persona cuando sí acude a la consulta es no decir la verdad. Mentimos al médico por el miedo a lo que nos puede decir. Por eso la importancia del diálogo. Preguntar y preguntar. Si el sacerdote confiesa el alma, nosotros los médicos confesamos el cuerpo.»