El juez ha considerado que la operación de cambio de sexo debe hacerse porque es una "necesidad médica seria" y que debe costearla el sistema de prisiones
Michelle Kosilek es una presa transexual que nació varón, pero que recibió, ya en el presidio, tratamiento hormonal para convertirse en una mujer aunque aún no se ha sometido a una operación para reasignación de sexo.
Ahora, un juez de EE UU ha sentenciado al Departamento de Prisiones a pagar y gestionar la operación de Kosilek, que vive ya como mujer en una cárcel para hombres de Massachusetts, según informa philly.com.
Los 20.000 dólares que cuesta la operación deberá costearlos el estado ya que el juez ha considerado que se trata de una «necesidad médica seria» y por lo tanto debe ser atendida como las necesidades sanitarias de cualquier otro preso.
Kosilek, que fue condenado por asesinar a su esposa 1990 lleva doce años recurriendo a diferentes tribunales e instancias para conseguir su cambio de sexo. En 2002 ya consiguió que se le reconociera el derecho al tratamiento para el trastorno de identidad de género, pero no para la cirugía.
El juez alegó que «no hay medios menos intrusivos para corregir la violación prolongada de derecho Octava Enmienda de Kosilek que una adecuada atención médica».
La octava enmienda de la constitución de EE UU establece que «no se exigirán fianzas excesivas, ni se impondrán multas excesivas, ni se infligirán penas crueles y desusadas».
Sin embargo, el Departamento de Prisiones está estudiando recurrir la sentencia, alegando que si se reasignara de sexo a Kosilek ésta podría ser blanco de los ataques y agresiones sexuales por parte de otros presos.
En Colorado, California, Idaho y Wisconsin otros presos están reclamando el mismo derecho que ha obtenido ahora Kosilek.
