Un joven de Bristol (Virginia, EE.UU.) que estaba en su «lecho de muerte» perdió cerca de 270 kilogramos en tres años después de que los médicos le dijeran que le quedaban seis meses de vida, según relató a una cadena local, según recoge rt y comparte Manuel Trujillo para Periodista Digital.
«Bueno, esto es todo», pensó Matthew Houser cuando escuchó esa predicción cuando tenía 25 años y pesaba más de 360 kilogramos, un momento en el que se incluso sopesó preparar su funeral.
Este varón lucha con el sobrepeso desde su infancia, una circunstancia que le generó depresión y ansiedad y provocó que sufriera acoso escolar: «Mis amigos eran la comida y televisión», confiesa.
Hoy en día, anota todo lo que come en un diario y hace dos horas de ejercicio seis días a la semana. Houser reconoce que es un camino muy difícil de recorrer, pero posible, y comparte su historia para inspirar a otras personas que se encuentren en una situación similar.
