El equilibrio político en Cataluña hasta que la Generalidad se proclamó independentista se basaba en un pacto tácito entre el Estado y su área catalana con Jordi Pujol como virrey simbólico, estabilidad rota cuando el heredero de este, Oriol, fue imputado por un caso de corrupción.
El diagnóstico se debe a uno de los analistas mejor informados de los intestinos del nacionalismo, Jaume Reixach, fundador de Reporteros sin Fronteras en España y del combativo periódico El Triangle, que dirige desde 1990.
Sostiene que el choque del Estado con el nacionalismo ahora separatista no tiene arreglo posible, como demuestra la reciente decisión de la Audiencia de Barcelona de rechazar el pacto cerrado previamente entre la Fiscalía y Oriol Pujol por el caso de las ITV.
Era el último puente que quedaba para buscar una solución negociada. Pero desde que el pasado octubre una leve mayoría parlamentaria catalana votó la secesión, la ofensiva del Estado es total y no hay ni siquiera…
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