En geostrategia todo es posible: Arabia Saudita, cuyo príncipe heredero estará en España este viernes, ha anunciado que apoya la existencia de Israel y su derecho a defenderse, obviamente de los palestinos, Irán y sus aliados.
Y ha comenzado a rechazar el yihadismo, nacido del rigorismo wahabita de los propios saudíes, que pierden influencia en Irak y Siria acosados por Irán, su rival chiita, por los soviéticos y por quienes defienden ocasionalmente al dictador sirio Bashar al Assad, los turcos.
Todo bajo la mirada de Donald Trump, que ha cambiado la política exterior de Barak Obama, financiador “por humanitarismo” de los enemigos islamistas de Al Assad en la guerra siria, la mayoría cercanos a Al-Qaeda y al Califato del DAESH…
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