Más útil que el mitin de Inés Arrimadas ante la casa del huido expresidente catalán, Carles Puigdemont, habría sido que hubiera acudido a Bruselas, a 30 kilómetros de Waterloo, con Albert Rivera y Pablo Casado para proclamar ante Europa que España quiere ocupar el tercer lugar en el podio de campeones la UE que abandonará el Reino Unido tras el Brexit.
Sería presentar a una España políticamente fuerte y unida — Pedro Sánchez tendría que apoyarlos ante las instituciones europeas– para contrarrestar, la propaganda separatista y, sobre todo, a los países que quieren ocupar ese influyente lugar junto a Alemania y Francia.
España nunca ocupó un lugar prominente en la actual UE desde su ingreso en 1986. Desde entonces ha crecido…
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