Fotos y fotos, Luigi Ghirri desconcertante

Prepárense a contemplar una visión tímida de la intrascendencia que nos rodea

Fotos y fotos, Luigi Ghirri desconcertante
Luigi Ghirri. El mapa y el territorio - Museo Reina Sofía

La temporada artística ha comenzado fotográfica: Humberto Rivas en la Fundación Mapfre con mucha técnica, doce visiones del Museo del Prado de algunos de nuestros mejores fotógrafos actuales, todas particulares, ninguna definitiva; y ahora este frío italiano del norte, alejado de los cánones de su tiempo y ahora reconvertido en canónico.
 
El Museo Reina Sofía presenta ‘El mapa y el territorio’ una completa retrospectiva de este topógrafo/delineante reconvertido en fotógrafo con aires de aficionado, que vivió solo entre 1943 y 1992 y tuvo tiempo para hacerse reconocido por el camino más insospechado. La muestra exhibe alrededor de 250 imágenes realizadas en los años 70 y es la primera significativa suya fuera de Italia.

Ghirri decidió dedicarse plenamente a la fotografía en 1970, a la edad de 27 años. Su experiencia previa de trabajar sobre el terreno, de medir el espacio, y de delimitar el territorio, tuvo un efecto duradero sobre su aproximación a la fotografía. Casi siempre retrató su objeto de interés de frente, evitando el drama, el movimiento y la emoción. Durante esa década tomó miles de fotografías, con las que cartografió los contornos cambiantes de la vida moderna en una Italia que vacilaba entre lo viejo y lo nuevo, y dio forma a una singular reflexión sobre el lenguaje fotográfico y su papel en la construcción de las identidades modernas, nos dicen desde el departamento de prensa del Museo. Para él la fotografía era una gran aventura intelectual y visual a través de las apariencias. Trabajó sobre todo al aire libre, paseando por las calles de Módena, conduciendo por las zonas rurales cercanas, y visitando lugares de ocio no muy alejados como parques de atracciones y playas.

En un momento en el que la fotografía en color suscitaba recelos en los círculos artísticos predominantes, por su extensión popular y comercial, en un tiempo en que la práctica fotográfica “seria” todavía era dominada por el blanco y negro, Ghirri solamente empleó el color, ‘porque el mundo real es en color’, decía.  Creó un corpus de miles de imágenes sin paralelo en la Europa de la época según opina el comisario James Lingwood, un estilo conceptual que desde el principio fue reconocible y apreciado. Organizaba sus fotografías en grupos, algunos ceñidos a un tiempo y una temática, otros difusos a lo largo de varios años y en distintos escenarios. Le fascinaba reproducir obras ajenas, fotografías publicitarias, carteles, maquetas y mapas, llevaba a revelar sus carretes a un laboratorio normal y corriente, adoptando un planteamiento nada devoto de las posibilidades técnicas, y así ligó su trabajo a la fotografía amateur y al arte conceptual, dejando de lado tendencias más consolidadas, como la documental de corte social o a la artística expresiva.

En 1979 realizó una importante muestra de sus fotografías en la ciudad de Parma titulada Vera Fotografia (Fotografía Auténtica), en la que reunió un total de catorce grupos. Esta ‘El mapa y el territorio’ se articula en torno a ellos. El recorrido da una impresión coherente a la vez que sumamente desconcertante. No son fotos impactantes ni de fondo ni de forma; es una sucesión monocorde, sosa y hasta apesadumbrada de una realidad vecinal, de una ciudad de provincias, de unos paisajes semiurbanos carentes del menor atractivo, de un mundo vacío, de colores pálidos, de existencia anodina, con muy pocas tomas de interiores, a excepción de la serie Identikit -primeros planos de la biblioteca de su casa de Módena que sirve de epílogo de la exposición a modo de autorretrato.

Poco se nos cuenta del Ghirri persona, lector de filosofía, literatura e historia del arte, aficionado a la música clásica y contemporánea. Nos lo figuramos misántropo, enemigo del ruido y el trajín, del parloteo y la arrogancia, un callado individuo con el que podías cruzarte sin reparar apenas en sus útiles fotográficos, en su mirada escrutadora y en su andar reposado. No sabemos como se ha convertido en objeto de atención primero nacional y luego internacional, si es casualidad o justicia. Su obra es concienzuda e insistente y plantea esas dudas comunes a todo el arte de nuestra época.

Fue un minimalista pionero del color, un espontaneísta del arte, un testigo de lo banalmente cotidiano, y quizás por todo ello captador de la realidad real y evanescente. Mucho más interesante su trabajo en la calle que sobre visiones ajenas. Vivió 49 años y murió de un paro cardíaco. Lo consagraron en la Photokina de Colonia como experto navegante entre ficción y realidad. Así sea.

Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 6
Despliegue: 6
Comisariado: 7
Catálogo: 7
Folleto de mano: 8
Documentación a los medios: 8

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía 
Luigi Ghirri. El mapa y el territorio
25 de septiembre de 2018 – 7 de enero de 2019
En colaboración con Folkwang Museum (Essen) y Jeu de Paume (París)
Con la colaboración del Instituto Italiano di Cultura di Madrid, y el apoyo de la Universitá degli Studi di Parma.
COMISARIADO:James Lingwood
COORDINACIÓN: Fernando López    
Museum Folkwang, Essen: 4 de mayo – 22 de julio de 2018   
Museo Reina Sofía, Madrid: 25 de septiembre de 2018. 7 de enero de 2019   
Jeu de Paume, París: 12 de febrero –2 de junio de 2019.

 
   

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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