El Gobierno invita a la Iglesia a participar del pacto escolar

Las Escuelas Católicas reivindican su «legitimidad» en una sociedad plural

Eva Almunia y Braulio Rodríguez abren en Toledo el X Congreso de Escuelas Católicas

"Queremos decirle a la sociedad española que puede confiar en nosotros, los centros católicos"

Este mediodía se ha inaugurado, en Toledo, el X Congreso de Escuelas Católicas, bajo el lema «Escuela con visión«, con un acto en el que los responsales eclesiásticos han reivindicando la «legitimidad» de los centros de ideario católico en una sociedad plural, los docentes han reclamado una visión propositiva y en valores para la educación, y en la que Eva Almunia, secretaria de Estado de educación, ha invitado a Escuela Católicas a seguir participando en el «pacto escolar», a la vez que ha reivindicado su impagable función por el diálogo, desde la libertad, en tiempos difíciles.

La apertura corrió a cargo de José Antonio Solórzano y Victoria Moya, que hicieron gala del sentido del humor y de un curioso dominio de las lenguas del Estado. Más de 700 congresistas se dan cita en estos días en la ciudad primada, en representación de los cientos de miles de escolares, miles de profesores y centros de ideario católico presentes en España. «Queremos decirle a la sociedad española que puede confiar en nosotros, los centros católicos«, aseguraron los presentadores, dando paso a las personalidades que abrieron el congreso.

Abrió el «fuego» Casimiro López Llorente, obispo de Segorbe-Castellón y presidente de la Comisión de Enseñanza y Catequesis de la Conferencia Episcopal, quien en su intervención recordó a las escuelas católicas que, «en la actual situación económica, cultural, política y social, ha de estar atenta para ser fiel a su propia identidad y misión«, pues «la evangelización en la educación es la razón de ser de la escuela católica».

«La educación de la persona en un centro católico no puede limitarse a la presencia del evangelio, sino que ha de ir a mostrar la presencia de lo religioso en todos los ámbitos«, añadió el prelado, quien reivindicó que «la propuesta católica sigue teniendo sentido en una sociedad plural«, pese a que desde algunos ámbitos «se querría que esta propuesta fuera descafeinada, pero esa dimensión confesional es la razón de su existencia. Un buen educador cristiano sabe que el Evangelio no se impone, se propone«.

«La escuela católica tiene toda la legitimidad en una escuela plural, en un Estado de Derecho que reconoce y garantiza la libertad de enseñanza«, señaló el responsable de Educación del Episcopado. En cuanto al anunciado «pacto escolar«, López Llorente mostró su esperanza en que dicho pacto «se base en estos principios, que por otra parte están fijados en la Constitución Española».

Inmaculada Tuset, presidenta de Escuelas Católicas, reivindicó la universalidad del proyecto de Escuelas Católicas. En la que fue, con diferencia, la intervención más aplaudida de la mañana, Tuset pidió a los centros de ideario católicos que «miremos la realidad con una visión, que implica luz larga y luz corta«. Una luz en largo «que encierra utopía y sueño, para poder ofrecer al alumnado una mirada penetrante sobre lo que puede construir la sociedad del mañana con valores profundos. Una mirada impregnada de valores humanizadores y cristianos, que refleje cómo mira Dios la realidad creada. Una mirada que vaya transformando las realidades y las estructuras sociales, que sean más justas y solidarias para todos, más generadoras de ambientes de verdad, de diálogo y de paz».

Pero también, añadió, «necesitamos una luz corta, que haga posible poner pies a estos sueños. Y para eso necesitamos herramientas del día a día, para que ellos las puedan transmitir». «Vivimos una realidad cambiante, en la que los chicos puedan vivir en coherencia. Y también para que los educadores puedan trabajar de manera competente y con calidad y calidez».

La «conducción» ha de llevar a los profesionales de la Escuela Católica a «metas muy claras: ayudar a crecer a niños y jóvenes en todas sus potencialidades y con todas las posibilidades que estén en nuestra mano».

El arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez, dio la bienvenida a los asistentes a su diócesis, y recordó la necesidad del ser humano de recibir una educación «que saque lo mejor de todos nosotros».

«Creo que la Escuela católica es un estupendo ámbito para la acogida para adolescentes y jóvenes, en una sociedad que es muy distinta a la de generaciones anteriores», apuntó el primado, quien agradeció la capacidad de integración de los centros de ideario católico ante el fenómeno de la inmigración, que calificó de «reto con muchas posibilidades de éxito«.

«Hombre, yo soy arzobispo, y me parece que una escuela católica tiene que estar abierto a Cristo vivo, y que no está sujeto a ninguna cultura, sino que puede ser acogido en cualquier cultura», añadió el prelado, que no llevaba preparada una intervención escrita.

El acto de apertura fue cerrado por la secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, quien comenzó agradeciendo al todavía secretario general de Escuelas Católicas, Manuel de Castro, su trabajo a lo largo de estos años. «Las escuelas católicas, con Manuel de Castro al frente, habéis sabido tener esa visión de futuro, que todo responsable educativo debe tener», apuntó Almunia.

La secretaria de Estado de Educación reclamó a todos la «suficiente visión y perspectiva para hacer avanzar a una sociedad«, e hizo suyas las palabras de Tuset para agradecer a Escuelas Católicas no haber estado «con luces de posición, pero sí con las largas, y con libertad, marcándonos el rumbo«. «Sólo con ciudadanos bien formados podremos ser una sociedad más justa pero un Estado también más competitivo en el conjunto internacional», destacó Almunia, quien incidió en que la Educación es clave para el presente, y el futuro, de la sociedad española.

Comenzaron los murmullos cuando Almunia aseguró que «tenemos a la generación mejor preparada de la historia de este país, un grupo de un buen sistema educativo, muy mejorable, pero bueno. El sistema educativo en el que las familias confiamos a nuestros hijos». «Queremos seguir dando un servicio educativo de calidad», añadió la secretaria de Estado, que agradeció el diálogo mantenido durante muchos años por los responsables de Escuelas Católicas. «Queremos seguir avanzando», apuntó, pasando a hablar de la nueva política de conciertos. «Queremos ampliar nuevos compromisos y queremos vuestra participación«.

«Tenemos que ser capaces de hacer que nuestra educación sea muchísimo mejor, y por eso estamos impulsando un gran pacto de Estado político y social por la educación, porque aquí nos jugamos el futuro. Y la suma de todas las fuerzas deben impulsarnos para avanzar más rápido y mejor. Un gran acuerdo en el que cabemos todos, y que tenemos que construir partiendo de las ideas que nos unen: el consenso en educación no es una complicación, sino una co-implicación entre todos», finalizó Almunia.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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