Cáritas denuncia "los abusos de muchos empleadores"
«Está claro, sobre todo a partir de la crisis económica de 2008, que el empleo doméstico es un sector que representa el acceso a una renta para muchas familias que están en grave precariedad y riesgo de exclusión social, tanto extranjeras como españolas». Esta es una de las muchas constataciones recogidas en el estudio «El empleo de hogar en Andalucía. Diagnostico y herramientas», realizado por Cáritas Regional de Andalucía y Folia Consultores, que ayer se presentó en Cádiz.
En el acto, celebrado en la sede de la Asociación de la Prensa gaditana, intervinieron Claudia Guilló, experta de Folia Consultores, que explicó los puntos más destacados del informe, y Juan de los Rios Cornejo, vicepresidente de Cáritas Andalucía y director de Cáritas Diocesana de Jerez.
Demanda creciente de empleo doméstico por parte de mujeres
El estudio surge por iniciativa del Grupo de Trabajo Regional de Empleadas de Hogar de Cáritas Andalucía con el objetivo de disponer de una visión detallada del sector que permita mejorar la respuesta de Cáritas ante una realidad creciente, que se detecta, sobre todo, a través de los servicios de empleo, donde se atiende a un número importante de mujeres demandantes de apoyo para acceder a una actividad laboral, sobre todo en el ámbito de servicios del hogar, los cuidados y el sector de la limpieza.
El trabajo de investigación se ha centrado en el análisis -a través de 209 contactos con distintas entidades y 120 entrevistas en profundidad– de las prácticas de intervención social con personas trabajadoras del hogar en Andalucía por parte de las organizaciones sociales.
Diagnosis exhaustiva del sector
A lo largo de ocho capítulos, el estudio aborda un marco conceptual de un sector que se define «precario y discriminatorio», sujeto a procesos de «feminización y extranjerización» (capítulo 2); junto a los perfiles básicos de la oferta de trabajadoras y las demandas de las familias en el sector del empleo doméstico (capítulo 3); las características del marco regulador, sobre todo a la luz de los cambios relacionados con la nueva cualificación profesional de julio de 2008 y la ley de Dependencia (capítulo 4); la acción social en este campo desarrollada por las entidades sociales en Andalucía (capítulo 5); una diagnosis general del sector y los datos más significativos (capítulos 6 y 7); y una serie de propuestas de intervención dirigidas a fortalecer el trabajo de las organizaciones sociales en este ámbito (capítulo 8).
El estudio constata que Andalucía presenta un índice de sub-afiliación a la Seguridad Social de las empleadas del hogar por encima de la media española: según datos de 2008, de las 279.887 personas que en toda España estaban afiliadas al Régimen Especial de Empleadas de Hogar, 30.179 residen en Andalucía. De éstas, más del 55, 55 por ciento son de nacionalidad extranjera (ante un 53,29 por ciento a nivel estatal). Las provincias con mayor número de extranjeros afiliados son Sevilla y Málaga, mientras que la de menor porcentaje es Huelva.
Pleno reconocimiento de sus derechos laborales
Durante su intervención, Juan de los Ríos aseguró, recogiendo el contenido de un comunicado de Cáritas Andalucía difundido el pasado 30 de marzo con motivo de la celebración en esa fecha del Día Internacional de las Empleadas de Hogar, que «el servicio doméstico está suponiendo una actividad económica importante, que se sitúa entre el trabajo invisible y la economía informal».
«La situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión de las personas que trabajan o buscan trabajo como empleadas de hogar» dificulta, en palabras del vicepresidente de Cáritas Andalucía, que «las organizaciones sociales podamos intervenir en este sector».
A este respecto denunció que «el aislamiento de las trabajadoras internas, la falta de documentación de las mujeres inmigrantes en situación administrativa irregular, algunas dificultades de competencias lingüísticas y de diferencias culturales, aumentan la vulnerabilidad de las mujeres ante los abusos de muchos empleadores».
Para Juan de los Ríos «la mayor parte de los derechos laborales recogidos en el Estatuto de los Trabajadores se encuentran recortados en el colectivo, ya que se rigen por un régimen especial que reconoce menores y peores prestaciones». Por ello, «no intervenir en el sector es promover la existencia de un nicho laboral carente de muchos derechos, y francamente tendente a la explotación», añadió.
Llamamiento a las Administraciones, a las entidades sociales y los empleadores
El representante de Cáritas Regional de Andalucía aprovecho la presentación del estudio para invitar a las Administraciones públicas a «sensibilizar sobre el rol clave de estas mujeres en el marco de la política de igualdad de oportunidades, a favorecer la información sobre la contratación y regulación del sector, tanto a familias empleadoras como a personas trabajadoras, a fin de normalizar los servicios de acceso al empleo, y a integrar el Régimen Especial de Empleados de Hogar en el Régimen General de los trabajadores y equiparar las prestaciones».
Al mismo tiempo, apostó porque las organizaciones sociales «enfoquemos nuestro trabajo a la dignificación y profesionalización de las actividades realizadas por las empleadas de hogar, así como a la sensibilización a las personas empleadoras, además de promover la contratación por escrito entre ambas partes, el conocimiento de la regulación existente, y sus derechos fundamentales».
En cuanto a los empleadores, desde Cáritas Andalucía se hace un llamamiento a «valorar y dignificar el trabajo que realizan y que nos permite conciliar nuestra vida personal y laboral, y cuidar a las personas que queremos», así como a tomar conciencia «de que nuestra actitud puede contribuir a una situación injusta, al desvalorizar todo lo que tiene que ver con el cuidado, la atención, y las tareas de nuestros hogares, y con ello contribuir a desvalorizar a las personas que se ocupan de ellas». (RD/Caritas)