El Obispado de Lérida ha incumplido este acuerdo por partida doble porque Joan Piris tampoco ha llevado a la práctica el segundo que firmó con Alfonso Milián
El Obispado de Lérida aún no ha devuelto los bienes artísticos que son propiedad de las parroquias aragonesas del Obispado de Barbastro-Monzónres años desde que finalizó la vía judicial eclesiástica cuando se cumplen t iniciada por el prelado Ramón Malla -7 de julio de 1998- tras la publicación del decreto del nuncio Lajos Kada que reconoce la condición de depósito de los bienes y la devolución a sus legítimos propietarios. Lo cuenta Ángel Huguet en Diario del Alto Aragón.
Diez años después de poner el litigio en marcha, el Obispado de Lérida recurrió al Tribunal de la Rota Romana como última instancia, pero no le admitió el recurso -13 de mayo de 2008- porque no es un foro competente en la causa: «Se trata de un derecho real o de reconocimiento de propiedad a favor del Obispado de Barbastro-Monzón».
Ante esta decisión irrevocable que ratificó el contenido del Decreto Definitivo de la Signatura Apostólica -28 de abril de 2007– sobre la propiedad de las piezas, los dos obispos firmaron el primer acuerdo para la devolución del patrimonio histórico-artístico -30 de junio de 2008- en la Nunciatura, en Madrid. Los obispos Javier Salinas y Alfonso Milián manifestaron por escrito el compromiso de entregar los bienes en el plazo de treinta días siguientes.
Los obispos reconocieron que la propiedad corresponde a las parroquias aragonesas y el traslado de los bienes queda amparado por la Constitución Española cuando establece que «ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la libertad de circulación de los bienes por todo el territorio español».
Además, en el acuerdo consta que la Diócesis de Lérida entregó en su día al Consorcio del Museo «a título de depósito temporal y para su gestión un conjunto de bienes eclesiásticos», entre ellos los afectados por el Decreto para la Congregación de los Obispos. Los prelados dejaron constancia de que «ninguna de las actuaciones administrativas pueden afectar al derecho de propiedad y a la capacidad de disposición de sus propietarios».
El Obispado de Lérida ha incumplido este acuerdo por partida doble porque Joan Piris tampoco ha llevado a la práctica el segundo que firmó con Alfonso Milián en similares términos tras el juicio civil por la propiedad de 87 de las 112 piezas, celebrado el 18 de mayo de 2010, cuya resolución fue favorable al Obispado de Barbastro-Monzón.
En medio, hizo caso omiso a la solicitud formal de la Secretaría de Estado de la Santa Sede que ordenó el levantamiento del depósito de los bienes para su devolución, incluso el mandato explícito a Joan Piris de interponer una querella criminal contra las autoridades civiles catalanas, en el caso de que hubiera dificultades, según informó DIARIO DEL ALTOARAGÓN (27 febrero de 2009).
El incumplimiento de estas exigencias por parte del obispo Piris originó la reacción conjunta del Obispado de Barbastro-Monzón y del Gobierno de Aragón de solicitar la devolución a través del exequátur presentado en el Juzgado de Barbastro, el 30 de mayo de 2009. Ahora hace dos años de la decisión, sin resultados porque el juez lo denegó y la Audiencia Provincial de Huesca rechazó el recurso que presentó el Obispado de Barbastro-Monzón, el 3 de junio de 2010.
En ambos casos porque entienden que esta vía no es la pertinente, ya que la Iglesia tiene los mecanismos propios necesarios para que se cumplan las resoluciones de la Signatura Apostólica sin necesidad de recurrir a la jurisdicción civil. El litigio por la propiedad de los bienes sigue en la Audiencia Provincial de Lérida por el recurso presentado por la Asociación Amigos del Museo. El Obispado se retiró de la vía civil por «imperativo moral» y porque la Santa Sede lo ordenó, muy a pesar de los interesados.
Trece años después, el Obispado de Barbastro-Monzón espera la devolución de sus piezas y al obispo Joan Piris se le acumulan las denuncias presentadas por los alcaldes de Berbegal, Peralta de Alcofea y Villanueva de Sijena cuyas reclamaciones están en la Santa Sede, junto con las de trescientos vecinos.
Mientras tanto, el consejero de Cultura de la Generalitar de Cataluña, Ferrán Mascarell, espera la apertura de nuevas vías de diálogo con el Gobierno de Aragón pero ignora o no quiere saber que las piezas son de la Iglesia, su legítima propietaria a todos los efectos.