Con 86 años y más de 160.000 exorcismos a sus espaldas, el padre Gabriel Amorth nos cuenta en este libro su larga vida de lucha contra Satanás
(M. Fernández, en La Ciudad de Dios).- El padre Gabriele Amorth es, posiblemente, el exorcista más famoso del mundo. Religioso paulino, residente en Roma, escribió hace unos años el libro Habla un exorcista, que fue un best-seller en todo el mundo. Ha sido el gran renovador de la figura del exorcista y polemista. Ahora denuncia en El último exorcista la existencia de sectas satanistas dentro de los muros del Vaticano. Alerta contra la presencia de su mayor enemigo fuera y dentro de la Iglesia.
Así lo corrobora: «Muchos prelados no creen en el Demonio e incluso llegan a decir en público que el Infierno y el Demonio no existen. Y sin embargo, Jesús, en el Evangelio, habla de ambos abundantemente, por lo cual cabría preguntarse si no han leído el Evangelio o no creen en él en absoluto».
El Padre Amorth recibe en su estudio a centenares de personas al año. De éstas, sólo unas pocas están verdaderamente poseídas. La mayoría tiene simplemente graves problemas psiquiátricos. Hay poseídos que se presentan para ser liberados. Lo hacen espontáneamente, aunque la «presencia» que posee su cuerpo hace todo lo posible para que los exorcismos no surtan efecto. La batalla de Amorth se libra en dos frentes: contra su habitual enemigo y contra el silencio o la incredulidad de la Iglesia: «El Código de Derecho Canónico dice que los exorcistas deberían ser elegidos entre la flor y nata del clero». «Y sin embargo, no es así. A menudo, los mejores sacerdotes son destinados a ser obispos u a otros cargos», afirma el padre.
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