Si queremos construir la paz en nuestro interior y si queremos ser constructores de la paz en nuestras familias, en la sociedad, y en el diálogo interrreligioso, debemos procesar bien el conflicto que todos llevamos dentro
(Jesús Espeja op).- En la Biblia y en los evangelios el fuego es signo del Espíritu. Es el ardor que anima la voz de los profetas. Lenguas de fuego es el símbolo para expresar lo sucedido en Pentecostés. El simbolismo evoca tanmbién al amor que da calor a nuestra vida y fuerza para tomar decisiones arriesgadas. Nada tiene de particular que Jesucristo compare su mensaje de amor con el fuego que anima nuestra existencia humana: «He venido a prender fuego en el mundo, y ¡ojalá! Estuviera ya ardiendo».
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