"No podremos volver a dormir en paz si la dejan allí y mi primo nunca las abandonaría", ha asegurado la familiar de Pajares
(J. B./Agencias).- «Nos alegramos de la repatriación del hermano Miguel, pero continuaremos trabajando para que los que se han quedado allí, en el Hospital San José de Monrovia, puedan contar con una ayuda y asistencia adecuada«. El director de la ONGD Juan Ciudad, José María Viadero, se expresaba de este modo ante la decisión del Gobierno español de fletar un Airbus para traer a España (finalmente al Hospital Carlos III de Madrid) al religioso infectado con el Ébola.
Sin embargo, y aunque el avión lleva los dispositivos para albergar a varios enfermos, se mantiene la decisión original: únicamente repatriar a Miguel Pajares y, en su caso, a la hermana Juliana, con pasaporte español aunque en principio no infectada. Al menos por el momento, pues la presión aumenta a medida que pasan las horas, y se conocen nuevos aspectos de la situación, como el cierre del Hospital San José de Monrovia por parte de las autoridades liberianas.
¿Quedarán a su suerte las dos religiosas infectadas y las decenas de profesionales y enfermos? ¿Morirán las dos hermanas sin que puedan viajar a algún lugar donde poder ser tratadas? «Estoy segura de que si Miguel estuviese en su sano juicio no las dejaría allí, nunca las abandonaría, porque todos tenemos derecho a una muerte digna y más ellos que son verdaderos hermanos», ha explicado en declaraciones a Europa Press Begoña Martín, prima del sacerdote enfermo.
Martín ha pedido a la autoridades española que hagan todo lo posible por traer a las dos misioneras enfermas, a las que conoce personalmente. «No podremos volver a dormir en paz si la dejan allí y mi primo nunca las abandonaría», ha asegurado la familiar de Pajares.
El avión que va a repatriar a Miguel Pajares, el religioso español de los hermanos de San Juan de Dios que ha dado positivo en las pruebas del virus ébola, ha partido poco antes de las 13.30 horas de este miércoles de la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) rumbo a Liberia y está previsto que llegue a las 19.30 hora española. El Airbus 310 medicalizado ha salido con los medios necesarios para trasladar con seguridad a tres pacientes con riesgo de contagio, indica en Twitter el ministerio de Defensa.
El aparato ha sido equipado con todas las medidas de seguridad según los protocolos que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS). En él va personal especializado en defensa y sanidad. La Fuerza Aérea española cuenta con dos Airbus A310 que normalmente son utilizados para el transporte de autoridades del Gobierno y de la Casa Real, aunque también son requeridos para relevo de tropas.
Fuentes del Ministerio de Sanidad ha subrayado que los riesgos de un posible contagio al traer al religioso a España son «muy bajos» y han insistido en que el traslado se hará de acuerdo con los protocolos de máxima seguridad fijados por la OMS.
Tras conocer ayer el diagnóstico, la orden religiosa del español solicitó la repatriación, que se decidió en una reunión en la que han participado los ministerios de Sanidad, Defensa e Interior, y en la que han participado también representantes de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Pajares, toledano y de 75 años, permanece aislado desde el pasado viernes en el citado centro hospitalario, cerrado después de la muerte de su director, el hermano Patrick Nshamdzea, a quien el religioso español cuidó.
La organización Juan Ciudad ONGD, que está informando de la situación de los religiosos afectados, informó de que también han dado positivo en el test del virus de ébola las hermanas misioneras de la Inmaculada Concepción Chantal Pascaline Mutwamene (congoleña) y Paciencia Melgar (guineana) y que la situación de las seis personas aisladas es «grave».
Por el contrario, se ha descartado que la hermana Juliana Bohi, de origen guineano y con pasaporte español, presente los síntomas característicos del ébola y su estado ha mejorado.
El personal que viaja en el avión medicalizado enviado por España a Liberia para repatriar al sacerdote Miguel Pajares decidirá sobre el terreno si también la traerá a ella. Así, lo ha indicado en rueda de prensa la directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, quien ha explicado que Bohi continúa sin síntomas de haberse contagiada pero que, ante la petición de expatriación de la ONGD a la que pertenecen los religiosos, se estudiará «in situ» si procede su traslado.
«Es una circunstancia que no conocemos con exactitud. Hay que llegar allí, a Liberia, y conocer la situación y la disposición«, ha recalcado antes de añadir que si la monja viaja finalmente con Pajares «podrá venir con todas las garantías», porque el avión que se traslada hasta el país africano está preparado para más de una persona, tanto con recursos materiales como humanos.
Vinuesa, que ha señalado que el avión aterrizará este jueves en Madrid «como punto de entrada» designado por el reglamento sanitario, ha agregado que «la seguridad está absolutamente garantizada para toda la sociedad y todos los españoles«.
En este sentido, la directora general ha subrayado que todas las partes implicadas están en contacto permanente para llevar a cabo la repatriación del sacerdote «de la mejor manera posible y más adecuada» para garantizar su salud y que esté «en las mejores condiciones».
No obstante, ha precisado que un proceso de repatriación en un país como Liberia «no es un asunto que se hace en poco tiempo«.
A su llegada a Madrid, Pajares será traslado al antiguo Hospital Carlos III de Madrid y se le instalará en un pabellón de aislamiento que cuenta con habitaciones de presión negativa con un circuito especial de entrada y de salida de los sanitarios y con ducha para antes y después de quitarse el traje de seguridad, según ha decidido este miércoles el comité de catástrofes externas del Hospital la Paz.
La directora general de Salud Pública ha insistido en que «aquí está todo preparado» y que la Comunidad de Madrid, Sanidad Exterior y los Ministerios de Interior, Defensa y Exteriores están coordinados para activar los protocolos de actuación, que son los marcados por la Organización Mundial de Salud (OMS) y que garantizan un «riesgo mínimo» para la atención de estos pacientes.