Los Verbitas somos alrededor de 6000 hermanos y curas presentes en 84 países del mundo, de los cuales 3121 están en Asia, 1208 en las Américas, 1126 en Europa y 550 en África
(Euquerio Ferreras svd).- Arlindo Dias Pereira svd, miembro del Consejo General en Roma durante 12 años, está coordinando el retiro espiritual a los verbitas de España en Dueñas (Palencia). Aprovechamos para hacerle una larga entrevista sobre la vida de la congregación y sobre el devenir eclesial. Advierte contra «la obsesión de los muros» de los líderes actuales, ensalza la forma de vivir el ministerio petrino del Papa, que «desconcierta a muchos por su coherencia» e insta a los miembros de su congregación «a ofrecerse por entero a los más pobres».
Ya terminó el 18º Capitulo General celebrado en Roma, y ¿ahora qué?
Ahora nos toca seguir profundizando nuestra identidad misionera desde los desafíos que se nos presentan a nosotros, los cerca de 6 mil misioneros del Verbo Divino en los 84 países adonde estamos presentes. Los tiempos después del Concilio Vaticano II nos han ayudado a redefinir nuestra identidad y misión en la iglesia al servicio de la misión de Dios. Vamos a tomar siempre más en serio nuestro compromiso en relación al dialogo (supone igualdad de condiciones) con las religiones (caminos que Dios encuentra para relacionarse con su pueblo) con los empobrecidos (siempre con nuevos rostros y nuevas formas de esclavitud), con las culturas (algunas siempre mas aplastadas, perseguidas en su modo de ser) y las buscadoras y buscadores de fe.
Muchos de estos se alejan de nosotros por no identificarse con nuestro modo de ser y vivir, tantas veces tan distante del Evangelio. Pero, muchas veces están más comprometidos con las grandes causas de la humanidad que nosotros. Nosotros misioneras y misioneros somos de carne y hueso, por eso nos toca redescubrir una mística que nos re-enamore de la misión y nos una al otro en la común aventura de hacer que la «vida sea la luz», como era el sueño de nuestro fundador al contemplar semanalmente con su familia en Alemania el prólogo de San Juan,
¿Por qué el lema: EL AMOR DE CRISTO NOS URGE (2 Cor 5,14) Enraizados en la Palabra, comprometidos en su Misión?
La Palabra, bien saboreada siempre nos lleva al porqué de la cuestión, a los valores esenciales de la vida que son propuestos por el Evangelio, por eso estamos invitados a estar enraizados en la Palabra. Desde la historia del pueblo de Dios y de los evangelios iluminamos nuestras vidas y opciones. Como decía el gran hermano Charles de Foucauld, es urgente «gritar el evangelio con la vida». Jesús mismo es la Palabra hecha carne, por eso «su vida es nuestra vida y su misión es nuestra misión».
CRISTO. PALABRA. MISIÓN son tres buenos pilares. Entiendo que hay que estar con buenas raíces, para llevar el mensaje de la persona de Jesús, que es el verdadero misionero, pensando, discerniendo lo que acontece, que lo transforme, siendo necesario el testimonio personal. Su misión es nuestra misión. ¿El logotipo-dibujo explica el lema?
No hay que olvidar que el Cristo es el Jesús histórico, resucitado y glorificado por el Padre, que lo ha enviado al mundo para que todos tengan vida y vida en plenitud. Luego de consecuencia, somos seguidoras y seguidores de una persona concreta que es Jesús de Nazaret. Y fue asesinado por un sistema político, económico, social y religioso que se opuso a su modo de vivir y relacionarse, especialmente con los marginados de su tiempo. En el Evangelio llegamos a las pistas de cómo vivir en plenitud. Solo encarnando los valores vividos por Jesús llegaremos a una plenitud de vida con Dios.
Ya hemos comprendido que la primera palabra que ha escrito Dios es la creación y el ser humano. Cuando uno comprende que es palabra única de Dios en el mundo y pone sus dones y identidad al servicios de los otros se maravilla con tantas otras palabras a su alrededor: el universo, la creación, los hermanos y hermanas de camino de diversas razas y culturas. Luego Dios nos ha dado su palabra en el antiguo testamento.
La Palabra nos ayuda a percibir los caminos por los cuales el Espíritu de Dios conduce su pueblo en la historia. Y radicalizando su compromiso con nosotros, Dios se hizo palabra en Jesús de Nazaret, el Verbo Divino.
En México tenemos una larga tradición de camino hecho con los laicos y laicas, a través del grupo «Misioneros Auxiliares del Verbo Divino», coordinado mucho tiempo por el cohermano español José Santos. Por medio de un concurso ellos nos regalaron el logotipo. Las raíces están en la palabra compartida en los cinco continentes, formado de diversas razas y culturas. Luego el corazón expresa la urgencia de hacer presente este amor haciendo caer los muros de desigualdad social, del prejuicio y divisiones. La palabra nos anima y inspira a esos compromisos.
¿Cómo fue la PREPARACIÓN? Participaron todas las provincias. Se reunieron dos veces al año durante una semana el Consejo General y los delegados de las 5 zonas. ¿Para qué?
Hoy día el liderazgo tiene que ser compartido e inspirado por las bases. Así como la iglesia, los dos aspectos de la misión están presentes entre nosotros, lo universal y lo local. Es la familia humana que está en riesgo, por eso un misionero Verbita tiene que estar atento a lo que pasa en el mundo con sus causas y actuar localmente para desarrollar lo bueno y erradicar lo malo. Para eso nos hemos organizado en zonas (África y Madagascar, Asia, Europa y Américas). Cada una de ellas tiene un coordinador y un comité zonal que mira desde las perspectivas del continente. Participan con el consejo general de los procesos de planificación y evaluación y vienen dos veces al año a Roma para la toma de decisiones conjuntas.
¿Qué cualidades son necesarias para un buen liderazgo?
Nunca como hoy vivimos una crisis de credibilidad de liderazgo en los grandes países del mundo. Son en su mayoría gente que promueve la exclusión, la división, el prejuicio y el racismo y se vuelven un pésimo ejemplo para sus ciudadanos y ciudadanas. La obsesión por muros de parte de nuestros líderes nos puede conducir a nuevas formas de genocidios. Infelizmente también en la iglesia se nota una buena dosis de mediocridad en el ejercicio del liderazgo. La base del liderazgo es la credibilidad, una autoridad que viene de la pasión por la vida, vivencia de valores humanos fuertes y profunda sensibilidad por el dolor de otro. Para Jesús de Nazaret el sinónimo del liderazgo es servicio, el lavatorio de los pies. Un buen liderazgo tiene que ejercitar la responsabilidad compartida. Él no es el que hace todo sino el que motiva, ayuda a hacer, y fortalece los servicios que promueven la vida.
Luego el liderazgo vive el presente, con una visión de futuro, un horizonte largo, lleno de esperanza. Como lo decía Helder Cámara, nuestro obispo brasileño que soñaba «un mundo sin miseria y sin hambre para el año 2000»: «por más oscura que sea la noche, más lindo será el amanecer». Los líderes tienen que ser personas embarazadas de esperanza porque Dios sigue conduciendo el timón de la historia.
¿Cómo ve un brasileño a un argentino al frente de la Iglesia, tiene liderazgo el Papa Francisco?
En su visita al Brasil él nos dijo en broma que «el papa es argentino, pero Dios es brasileño». Además de eso demostró un cariño enorme por nuestra querida Madre Aparecida. Con eso ha conquistado el corazón de los brasileños. Lo que no sabíamos es que su enamoramiento por ella venia ya de los tiempos de la conferencia de Aparecida. El Papa Francisco es expresión de toda una Iglesia, que por su compromiso concreto con el evangelio a través de la opción por los pobres y la sangre de millares de mártires por la justicia en el continente, está compartiendo con la iglesia universal, la vivencia de una Iglesia que llegó a la madurez de compartir su experiencia. El representa la multitud de laicas y laicos, hermanas, religiosos y obispos que han abrazado con valentía los principios del Concilio Vaticano segundo y se han unido al evangelio vivo entre los más pobres y desheredados del continente. Su forma de vivir el ministerio Petrino desconcierta a muchos de nosotros dentro de la Iglesia por su coherencia de vida, su intimidad y semejanza con Jesús de Nazaret.
LA LUZ BRILLA EN LAS TINIEBLAS… Como congregación misionera ¿qué entendemos por MISIÓN hoy? De misión Ad gentes, a misión Inter gentes, a misión Cum gentibus, ¿qué encierran estas palabras latinas, que desafíos nuevos nos traen?
San Arnoldo, según la visión misionera de su tiempo estuvo motivado por la idea ad-gentes, que significaba salir, hacer llegar la fe a todos los pueblos «bautizándolos en el nombre del Padre…» Con ellos los misioneros y misioneras llevaban su cultura su modo de ser, crearon estructuras de salud y educacional y han hecho mucho bien, pero también han cometido grandes equivocaciones. Tener la mayoría cristiana y abundancia de vocaciones en los siglos anteriores ha hecho que Europa se convenciera que era ella la que iba, la que salía. Y se olvidó que necesitaba también ella de cambios de conversión y de una permanente evangelización.
Poco a poco el espíritu del Concilio fue entrando y desarrolló los dos otros conceptos, ya vividos por personas más visionarias en la iglesia. Al darse cuenta de una Europa como tierra de misión, misioneros de otros continentes comenzaron a llegar para compartir vida y misión. Hace unos 30 años hemos comenzado una nueva comunidad en Holanda para hacerse presente entre los musulmanes. La presencia de Verbitas y hermanas Siervas del Espíritu Santo de Indonesia nos facilitaba la cercanía con ellos. Luego la misión tiene que ser Cum Gentibus, entre las personas. Diciéndolo en manera sencilla, esta es la insistencia de Papa Francisco; salir (para nosotros Ad Gentes), compartir desde la diversidad (Inter Gentes) y Cum Gentibus (estar con la gente, especialmente los más marginados).
El P. Arnoldo dijo: «Todos caminos a Dios siempre pasan por los seres humanos», ¿qué implica esto? ¿Cómo se escucha a Dios hoy en la vida cotidiana?
Él mismo lo vivió en su piel. De la realidad concreta de Alemania del siglo XIX, él se vio inspirado a comenzar un grupo que saliera de Alemania para compartir el evangelio con otras razas y culturas. No le faltaron dificultades. Era un simple profesor de matemáticas que intento convencer a obispos de iniciar una obra misionera. Al oírlo de un obispo «que lo iniciara él», empezó a buscar caminos que luego se hicieron difíciles debido a la persecución religiosa del «Kulturkampf» en Alemania. Con perseverancia en escuchar la voz del Espíritu y creatividad, las soluciones aparecen. Atravesó la frontera y se fue a Steyl, en Holanda donde pudo inaugurar la primera casa en el año 1875. Luego para poder expandir la obra misionera en Austria, no dudó en adquirir el pasaporte austríaco. Todo eso a través de conexiones humanas de los compañeros que se fueron juntando a él en este sueño misionero. No le faltaron equivocaciones o modos torcidos de mirar las cosas, pero al final lo condujeron a desarrollar una familia misionera que quiere servir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
¿Tenemos que volver a la escuela del Señor Jesús de Galilea, sentarnos con él, volver a nacer como Nicodemo, aprender a conjugar los verbos en cristiano de: escuchar, recordar, ver, conocer, bajar, decidir, llamar?
Correcto, la fuente primera y más importante de nuestra vida cristiana son los evangelios. Ahí encontramos el Verbo encarnado en la experiencia de fe de las primeras comunidades y en su modo más cristalino. Al leer los relatos de Jesús con la gente, me siento cuestionado, inspirado o motivado para hacer lo mismo. El nos hace bajar a lo concreto de la vida que es relación misericordiosa con los más cercanos y marginados. Madre Teresa de Calcuta desde su experiencia radical de vida nos decía: «Encontré la paradoja de que, si amas hasta el dolor, no habrá más dolor, sino solo amor». Ojala los que tienen poder de mando fueran capaces de amar hasta el dolor. Seria el inicio de la sociedad que soñamos.
¿Se agotó la fuente y la novedad del Vaticano II?
De ningún modo, estamos apenas empezando. Un Concilio lleva años para hacerse realidad en la vida de la Iglesia. Vemos las dificultades que encuentra el Papa Francisco en implementar principios básicos propuestos por el Concilio.
El concilio puso en el centro de la misión de la Iglesia la persona humana con sus alegrías y preocupaciones. Luego el documento Dignitatis Humanae subrayó la importancia de la libertad religiosa y puso el acento en la acción de Dios en la conciencia de cada persona. Hemos pasado de una concepción eclesiológica que definía la iglesia por su estructura jerárquica a un concepto más de acuerdo con el espirito del nuevo testamento que es el de Iglesia Pueblo de Dios, subrayando el rol de todos los bautizados en la vida y misión de la iglesia. Como consecuencia se insistió en la importancia del colegio episcopal como forma de gobierno de la iglesia, lo que ayudo a desarrollar el concepto de colegialidad y generó las conferencias episcopales y los consejos de pastoral en diversos ámbitos.
El principio del sacerdocio común de los fieles y la colegialidad tendrán que ser empapados por el modelo evangélico de la autoridad como servicio, tal como Jesús lo hizo en la última cena. Todo eso va a provocar inmensos cambios en el concepto de misión.
Estudiosos dicen que el episcopado Latino Americano fue el que más tomó en serio el Concilio Vaticano II. La primavera del Vaticano llenó de coraje a los obispos de América Latina a implementar sus principios por medio de la opción preferencial por los pobres, la autoridad eclesial como servicio y la vivencia pastoral del principio de la comunión y participación.
Estoy seguro de que esto es el regalo de la acción del Espíritu en América Latina, a través de la persona de Francisco, a toda la iglesia universal. Por eso pienso que necesitaremos todavía de muchos años y mucha creatividad para hacer vivos y eficaces los principios del Concilio Vaticano II.
«SE PUEDE PENSAR CON TODA RAZON QUE EL PORVENIR DE LA HUMANIDAD ESTÁ EN MANOS DE QUIENES SEPAN DAR a LAS GENERACIONES VENIDERAS razones para vivir y razones para esperar». (Concilio Vaticano II, Constitución Gaudium et spes Nº 31)
Yo estoy convencido de que este es un momento dramático de nuestra historia que, más que nunca nuestra gente y las generaciones venideras piden «razones para vivir y esperar» como nos invita la constitución Gaudium et spes.
¿Qué sucedió en el «pacto de las Catacumbas» de Santa Domitila?
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A mi modo de ver fue una inspiración subversiva que tuvieron un grupo de obispos durante el concilio Vaticano II. Y lo quisieron hacer de modo muy discreto, pero muy radical.
El amor de Cristo urgió a los obispos conciliares a estar enraizados en la Palabra. El Concilio Vaticano II convocó a la Iglesia toda a ser «discípula de la Palabra al servicio del Reino de Dios». Dice la Constitución Dei Verbum n. 4 que «Jesucristo, Verbo hecho carne, enviado «como hombre a los hombres» (3), «habla por lo tanto, las palabras de Dios» (Jn 3,34) y consuma la obra de salvación para la cual el Padre le ha enviado (cf. Jn 5,36, 17,4). Por eso, el verlo a Él es ver al Padre (cfr. Jn 14,9). Un verdadero encuentro con la Palabra, automáticamente nos compromete con la misión. Esto es lo que encontramos en el compromiso asumido por los obispos en estas Catacumbas. Cada compromiso firmado está fundamentado en un versículo evangélico.
El encuentro diario y profundo con la Palabra de Dios provocó en estos obispos un cambio radical en su modo de ser y vivir el ministerio episcopal. El compromiso pasó a ser vivido de forma muy concreta y en lo cotidiano de la acción pastoral. Los cambios deben reflejarse en el modo de vestir, de relacionarse, de incluir a religiosas y religiosos, laicas y laicos en la dinámica eclesial. Cuando ellos volvieron a sus diócesis, se empeñaron en vivir según el modo ordinario de las personas; poner a disposición las estructuras eclesiales en la promoción de un mundo más justo y fraterno
DESAFÍOS del 18 Capítulo General. Renovación, conversión, encarnación, ¿son palabras, realidades pasadas de moda?
Son palabras que deberían tener mucha incidencia en la vida cristiana: la capacidad de renovarse, el deseo de cambios y la vivencia profunda de nuestra humanidad que es nuestra encarnación. Como decía el teólogo, creo Leonardo Boff: «más Divino, más humano». Necesitamos urgentemente de una conversión hacia el otro y la armonía con la creación. Cuando veo las atrocidades que muchos líderes hacen contra masas enteras de gente, yo me pregunto, porque ellos nunca se ponen o piensan en la cuestión central de Jesús: ¿Y si fuera el otro quien hiciera eso conmigo?
Personalmente estoy convencido que lo mejor que podemos ofrecer a los más pobres somos nosotros mismos y nuestro tiempo. La medida de nuestra misión está en la medida del tiempo y de la relación que tenemos con las personas que Dios ha puesto bajo nuestra responsabilidad. Un joven ítalo-israelí, compañero de una albanesa y padre de una bella niña de 3 años, está en la prisión hace más de un año por una acusación falsa de haber robado 20 euros hace 10 años. Acompañado de cerca por un grupo de religiosos, él afirmó: «Me llama la atención el tiempo que ustedes dedican a mí y a mi familia. Amar significa dar generosamente el tiempo a quien más lo necesita. Jesús, ofreció su precioso tiempo hasta culminar en dar su propia vida. ¡Amar es pasar tiempo juntos!» Para nosotros cristianos el tiempo no es dinero. Tiempo es la oportunidad de donar la vida a las personas, especialmente a los más necesitados, aquellos y aquellas que están al margen de la vida.
¿Hay posibilidad de sueños, utopías, esperanzas? ¿Tenemos lugar para la palabra «reencantamiento», de volver al primer amor, Apocalipsis 2,4 como mensaje para la iglesia actual?
El reencantamiento nace de una profunda experiencia de la misericordia de Dios en el mundo, en los otros y en nosotros mismo. Eso nos hace salir al encuentro. El reencantamiento nos lleva a sostener la esperanza y a irnos al encuentro del otro.
La FAMILIA del P. Arnoldo. ¿Qué congregaciones fundó y para qué?
El fundo en Steyl, en la Holanda, tres congregaciones misioneras, los Verbitas, las Misioneras Siervas del Espíritu Santo y las hermanas de clausura Siervas del Espíritu Santo de la Adoración Perpetua.
Los verbitas son…. y están
Los Verbitas somos alrededor de 6000 hermanos y curas presentes en 84 países del mundo, de los cuales 3121 están en Asia, 1208 en las Américas, 1126 en Europa y 550 en África. Según los datos estadísticos, somos la sexta congregación en números actualmente. Las últimas fundaciones fueron en Myanmar y Bangladesh.
Las misioneras Siervas del Espíritu Santo son… y están.
Las hermanas misioneras Siervas del Espíritu Santo son 3.540, presentes en 50 países.
Las Hnas de la Adoración Perpetua son… y están
Las Siervas del Espíritu Santo de la Adoración Perpetua, por su vocación particular son 324 en 22 países.
¿Hay sitio para los laicos/seglares que también son misioneros y si participaron en el Capítulo General?
La sociedad y el compartir de vida con el laicado ocupa siempre más espacio en nuestra vida y misión. Además de los que ya colaboran con nosotros en los proyectos específicos, las parroquias, escuelas, hospitales contamos con laicos asociados y grupos de apoyo a la misión Verbita. Algunas provincias de Europa preparan y envían misioneros laicos a tiempo parcial a otros continentes.