El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, agasajó a los niños que lo visitaron en la sede de su arzobispado
(Patricio Downes)- En la provincia de Corrientes, en el norte argentino y a más de 900 kilómetros de la capital argentina, se mantiene la celebración «Ángeles somos» en contraposición al importado festejo de la Noche de Brujas o Halloween, extraño para gran parte de la cultura popular del país. En este Día de Todos los Santos, los niños de la capital correntina -que también se llama Corrientes- y de ciudades y poblados del interior se visten de ángeles y visitan las casas de sus vecinos, quienes los agasajan con golosinas, chocolate y otras bebidas.
El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, no se salvó de la ceremonia y también agasajó a los niños que lo visitaron en la sede de su arzobispado. Los pequeños, reeditando la antigua tradición correntina de «Ángeles somos», acercaron su bendición y sus dulces a Monseñor en su casa.
Stanovnik los recibió con dulces de regalo, tal como es la costumbre, y les dio la bendición para los chicos y sus familias «y para cada persona a la que visiten durante la jornada». En la capital de Corrientes, siete grupos de niños de jardín, visitaron la Casa de Gobierno, el Rectorado de la Universidad Nacional del Nordeste, la Jefatura de la Policía de la Provincia, otros organismos estatales y escuelas públicas.
La Arquidiócesis de Corrientes tiene una superficie de 23.720 kilómetros cuadrados y viven en ella unos 600 mil habitantes. Limita con otras provincias argentinas, Entre Ríos y Misiones, y con los países vecinos de Brasil, Paraguay y Uruguay. Corrientes fue avistada por primera vez por europeos en 1527 cuando llegó Sebastián Gaboto, al servicio de la Corona de España, navegando el Río de la Plata y los ríos Paraná y Paraguay. La ciudad de Corrientes fue fundada el 3 de abril de 1588 por el adelantado Juan Torres de Vera y Aragón, auxiliado por «criollos» -hijos de españoles y americanos- Alonso de Vera y Aragón y Hernando Arias de Saavedra, también llamado Hernandarias, hermano a su vez del obispo de Trejo y Sanabria, fundador de la Universidad de Córdoba en Argentina.
La fiesta popular «Ángeles somos» es apoyada por la Dirección de Museos y la Dirección de Patrimonio, dependientes del Instituto de Cultura de Corrientes, por considerarla un patrimonio cultural. Ya el 31 de octubre, en la víspera de Todos los Santos, se inicia la celebración «Ángeles somos» una fiesta popular propia del 1 de noviembre. Los niños se visten de blanco o de angelitos, con sus alas, y recorren las casas vecinas intercambiando bendiciones y villancicos que son premiados con dulces, tortas y refrescos.
«Ángeles somos, del cielo venimos, trayendo regalos. ¡Colación, colación, pedimos su bendición», entonan los pequeños en sus visitas, como la que hicieron al arzobispo Stanovnik. También agradecen entonando «esta casa es de Rosa, donde viven las hermosas» o bien, «esta casa es de estaño, donde viven los tacaños«, en tono irónico y eligiendo las rimas según la ocasión y los parajes del interior provincial que siguen sus propias costumbres.