No parece que la parábola del rico necio tenga mucho que ver con el tiempo de Adviento, y, sin embargo, necesito recordarla antes de entrar en el misterio de este domingo. «Las tierras de un hombre rico dieron una gran cosecha… Entonces se dijo: Amigo, tienes muchos bienes almacenados para muchos años: túmbate, come, bebe y date la buena vida». De este hombre se podría decir aquello de que «era tan pobre que sólo tenía riquezas». Este hombre, aunque nadie en aquella noche le hubiese reclamado la vida, habría sido en todo caso un condenado al aburrimiento: túmbate, come, bebe, deja de preocuparte, disfruta la vida. Necesitaba recordarlo porque nos ofrece la contrafigura perfecta del Adviento.
Para leer el artículo completo, pinche aquí