Creciente amenaza del terrorismo islamista.
Seis personas, entre ellas un sacerdote, han sido asesinadas este domingo 12 de mayo de 2019 mientras asistían a misa en una iglesia católica. El templo se encuentra en Dablo, una comuna en la provincia de Sanmatenga, en el norte de Burkina Faso.
«Alrededor de las 9 (11 de la mañana hora peninsular española), durante la misa, individuos armados irrumpieron en la iglesia católica y comenzaron a disparar mientras los fieles intentaban huir», ha declarado el alcalde de Dablo, Ousmane Zongo.
Según su relato, los atacantes inmovilizaron a algunos de los fieles antes de asesinar a cinco de ellos y al sacerdote.
Según una fuente policial, el ataque ha sido ejecutado por un grupo de hombres armados de entre 20 y 30 personas.
«Quemaron la iglesia, luego las tiendas y un maquis (pequeño restaurante o bar) antes de ir al centro de salud donde registraron las instalaciones y quemaron el vehículo de la enfermera jefe», ha añadido el alcalde.
«En la ciudad hay un clima de pánico, la gente está encerrada en su casa, no hay actividad, las tiendas están cerradas, es prácticamente una ciudad muerta», ha descrito.
Este es el primer asalto de este tipo contra una iglesia católica desde que comenzase la oleada yihadista en Burkina Faso en 2015 y el segundo contra un templo cristiano en un plazo de solo dos semanas.
El pasado 28 de mayo una iglesia protestante de la localidad de Silgadji (también en el norte) se convirtió a su vez en el primer lugar cristiano en ser blanco del terrorismo en la zona.
El ataque se produce dos días después de la liberación en el norte de Burkina Faso de cuatro rehenes por las fuerzas especiales francesas.
El país se ha enfrentado durante los últimos cuatro años a ataques cada vez más frecuentes y letales atribuidos a grupos yihadistas, como Ansarul Islam, un grupo terrorista autóctono, así como el Grupo para el Apoyo del Islam y los Musulmanes (JNIM), una organización yihadista que aglutina a otras cuatro, entre ellas AQMI y Al Murabitún, y en menor medida Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS).
Para la experta Corinne Dufka, de la ONG Human Rights Watch, los recientes ataques son «una de las estrategias» de los yihadistas «para aumentar las tensiones étnicas y desestabilizar el país».
De un 55% a un 60% de los habitantes de Burkina Faso es musulmán, y en torno a un 25% son cristianos. Ambos grupos religiosos suelen convivir en paz.