Hizo un "apremiante" llamamiento a la reconciliación

Papa: «Animo, levántate Africa»

Benedicto XVI pide un cambio del modelo de "desarrollo global"

"Que a ningún africano le falte el pan diario".

El papa Benedicto XVI clausuró hoy el sínodo de obispos africanos e hizo un «apremiante» llamamiento a la reconciliación en África y exigió un cambio del modelo de «desarrollo global», para que éste pueda «incluir a todos los pueblos y no solamente a los más preparados».

El Papa también denunció que la familia africana está amenazada por «corrientes ideológicas provenientes del extranjero» y que los jóvenes está expuestos a ese tipo de presiones, «influenciados por modelos de pensamiento y de comportamientos que contrastan con los valores humanos y cristianos de los pueblos africanos».

El Pontífice así lo manifestó ante varias decenas de miles de fieles que asistieron en la basílica y en la plaza de San Pedro a la misa solemne y ángelus con la que clausuró el II Sínodo de Obispos para África, que se ha celebrado en el Vaticano desde el pasado 4 de octubre bajo el lema «La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz».

Entre cantos y lecturas en lenguas africanas, el Pontífice dijo ante los 244 obispos, de ellos 197 africanos, que han asistido al sínodo que el suyo era un «mensaje de esperanza» para África y en varios momentos de la misma dirigiéndose al pueblo africano le dijo: «Ánimo, levántate«.

Benedicto XVI subrayó que el proyecto de Dios no cambia con el pasar de los años y que siempre es el mismo: «predilección por aquellos que están privados de libertad y paz, por los que ven violada su dignidad como seres humanos».

«Pensemos en los hermanos de África que sufren la pobreza, las enfermedades, las guerras, las injusticias, violencias y emigraciones forzadas», afirmó el Obispo de Roma, que agregó que la fe en Cristo «cuando es bien entendida y practicada» guía a los hombres y a los pueblos a la reconciliación, la justicia y la paz.

El anciano Pontífice dijo que el mensaje de salvación la Iglesia lo transmite conjugando la evangelización y la promoción humana y echando mano de su última encíclica, de carácter social, Caritas in Veritate, dijo que «es necesario reformar» el modelo de desarrollo global, «de manera que sea capaz de incluir a todos los pueblos y no solamente a los que están adecuadamente preparados».

«La globalización no hay que entenderla de manera fatalista como si su dinámica fuera producida por fuerzas anónimas, impersonales e independientes de la voluntad humana. La globalización es una realidad humana y como tal se puede modificar según uno u otro planteamiento cultural», aseguró.

El Papa Ratzinger manifestó que la Iglesia trabaja «para orientar el proceso» (globalización) en términos de fraternidad y de compartir.

Benedicto XVI añadió que la «urgente» acción evangelizadora de África implica un «apremiante llamamiento a la reconciliación, condición indispensable para instaurar en África relaciones de justicia entre los hombres y para construir una paz ecuánime y duradera en el respeto de cada persona y de cada pueblo».

«Una paz que necesita y está abierta todas las personas de buena voluntad más allá de la etnia a la que pertenezcan, la religión que profesen, la lengua, la cultura o la sociedad de la que formen parte», añadió el Papa, que aseguró a los africanos que la Iglesia se compromete a trabajar con todos los medios a su alcance para que «a ningún africano le falte el pan diario».

Benedicto XVI concelebró la misa con los cardenales africanos Peter Turkson (Cape Coast, Ghana), Wilfrid Fox Napier (Durban, Sudáfrica) y Theodore Adrien Sarr (Dakar, Senegal).

A Turkson, que ha sido el relator del Sínodo, le nombró ayer presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz.

El Sínodo concluyó con un mensaje en el que los obispos pidieron a los países ricos que traten a África con «respeto y dignidad» y que cambien el orden económico mundial.

También aseguraron que el sida se combate con la castidad y la fidelidad y no con preservativos, a la vez que exigieron que se facilite a los enfermos africano el mismo tratamiento contra el mal que el que se suministra a los europeos, al considerar que existe una discriminación en este campo.

En el mensaje, los prelados denunciaron el fanatismo religioso, abogaron por el diálogo y el respeto recíproco con las otras religiones y condenaron la connivencia entre los políticos corruptos africanos y las multinacionales que están esquilmando -según denunciaron- los recursos naturales y fomentando las guerras.(RD/Efe)

 

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