El vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina, esperanzado con López Obrador

Guzmán Carriquiry: «El Papa mantiene en alto la perspectiva y utopía de la ‘Patria Grande'»

"La integración latinoamericana es una necesidad y una prioridad ineludible y urgente"

Guzmán Carriquiry: "El Papa mantiene en alto la perspectiva y utopía de la 'Patria Grande'"
Guzmán Carriquiry, con el Papa Francisco Agencias

La actual coyuntura expresa también el agotamiento de las izquierdas políticas e intelectuales, muy desconcertadas, mientras provoca la reacción contra sus tradicionales y 'modernos' ideologismos

(Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano).- El vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina, el uruguayo Guzmán Carriquiry, trazó un duro diagnóstico para la región, con críticas a las izquierdas tradicionales, un llamado a la reconstrucción de la denominada «Patria Grande» y un horizonte de esperanza de la mano del gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador, a quien identifica como capaz de «liderar un gran movimiento nacional y popular de regeneración y reconstrucción».

En un rico y completo documento divulgado a través del sitio web oficial de la Comisión, Carriquiry traza un recorrido del estado general del mundo, en un marco de «repliegue reaccionario», hasta acercarse con certera minuciosidad en las realidades y desafíos latinoamericanos en general y de varios países en particular.

«En general, las izquierdas tradicionales han ido perdiendo toda inteligencia y capacidad reales de transformación social, no han sabido imaginar nuevos caminos para esa transformación en las condiciones económicas, tecnológicas y sociales de nuestro tiempo», describe el autor uruguayo, colaborador estrecho del papa Francisco, el escenario en el que se encuentra América Latina en un 2019 en el que la región votará en Argentina y Uruguay, y ya con el brasileño Jair Bolsonaro en el poder.

«La actual coyuntura expresa también el agotamiento de las izquierdas políticas e intelectuales, muy desconcertadas, mientras provoca la reacción contra sus tradicionales y ‘modernos’ ideologismos», plantea Carriqury en el documento al que accedió Religión Digital.

Con más de 45 años de trabajo al servicio de la Santa Sede, el uruguayo tiene un recorrido intelectual que le permite asegurar que «es sorprendente que los gobiernos de izquierda desalojados del poder en varios países de América Latina, y en otros subsistiendo en medio del fracaso, no hayan elaborado una severa autocrítica de los motivos de su derrota y, al contrario, queden encerrados en una apología engañosa y en una espera de su revancha».

Carriquiry


 

Conocedor de las realidades políticas y eclesiásticas de cada uno de los países, Carriquiry plantea de todos modos dos «excepciones» al difícil horizonte latinoamericano. «La primera es la de la Bolivia de Evo Morales, quien en sus sucesivos mandatos de gobierno, más allá de una retórica ideológica mas bien anacrónica, de no pocos excesos autoritarios y desplantes arbitrarios, ha sabido generar un crecimiento sostenido de la economía nacional, una modernización del país, una mejoría sustancial en las condiciones de vida de vastos sectores de población y una mayor autoestima del pueblo boliviano en su dignidad», plantea, aunque con buen tino recuerda que «lamentablemente, la tentación presente de querer ‘eternizarse’ en el poder le ha jugado una mala pasada».

La segunda excepción planteada por Carriquiry llega desde el norte del continente, con la llegada al gobierno mexicano de AMLO, quien según Carriquiry «cuenta actualmente con un enorme consenso popular en México y el control de gran parte de los poderes del Estado». Tras recordar el difícil contexto que heredó el nuevo mandatario azteca, el uruguayo señala que «López Obrador tiene la posibilidad de liderar un gran movimiento nacional y popular de regeneración y reconstrucción del país o puede sufrir la amenaza de reducirse poco a poco en una nueva versión del ‘ogro filantrópico’ de la ‘revolución institucionalizada'».

«Puede movilizar lo mejor del ‘orgullo»‘nacional del pueblo mexicano, confiado en la ‘Morenita’, o dejarse llevar por colonizaciones ideológicas o culturales de conventículos elitistas», plantea Carriquiry.

«En todo caso, ante la obsesión de la administración norteamericana por el muro divisorio, las imágenes caricaturales que se propagan en Estados Unidos sobre los hispanos acusados de ser focos de delincuencia y las discriminaciones, persecuciones y deportaciones que sufren los hispanos en ese país, todo honesto latinoamericano tendría que repetirse: ‘somos todos mexicanos’. México juega su destino en su capacidad de seria y firme negociación con el gigante del Norte y en su solidaridad e integración más estrechas con sus países hermanos de América Latina, y en especial con los centroamericanos», define luego.

Con equilibradas críticas a la Venezuela de Maduro y lamentos por la situación económica de Argentina, entre otros, Carriquiry plantea al final la urgencia de la integración regional.

«El Papa Francisco mantiene en alto la perspectiva y utopía de la ‘Patria Grande’. La integración latinoamericana es una necesidad y una prioridad ineludible y urgente, que está inscrita en nuestra vocación y destino», sentencia.

AMLO, esperanza para América Latina

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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