El clima de tensión que viven Rusia y Ucrania en los últimos días se ha trasladado a la ciudad rusa de Sochi, donde esta tarde comenzarán los Juegos Paralímpicos de Invierno. Unos Juegos que estarán marcados desde antes del inicio por el estigma de un posible conflicto bélico entre los dos países y que, a la espera de confirmación oficial, podría contar con el boicot de Ucrania.
Lo que tendría que ser una fiesta en Sochi se ha convertido en una pesadilla. El entorno en la ciudad rusa no es para nada el mismo que se reinaba hace algunas semanas durante los Juegos Olímpicos y los deportistas están viviendo un un ambiente prebélico en lugar de uno festivo.
Algunos gobiernos europeos, como el de Gran Bretaña, Alemania o Estados Unidos, han decidido no enviar delegaciones oficiales al evento como protesta por lo que ellos consideran una agresión rusa en Crimea. Por su parte, el Comité Olímpico Ucraniano se reserva hasta última hora para anunciar su posible boicot a los Juegos.
Con Ucrania serían 45 los países presentes en los Juegos más numerosos de la historia, en los que se estrenarán Brasil, Turquía y Uzbekistán. Serán diez días de deporte de invierno para más de 500 atletas discapacitados que se darán cita en Sochi.
La expedición española, formada por siete deportistas y dos guías de apoyo, aspira a engordar el medallero histórico del país, que en anteriores citas ha sumado38 preseas (14 oros, 14 platas y 10 bronces). Jon Santacana y su guía, Miguel Galindo, serán los abanderados del equipo en la ceremonia de inauguración (17.00 horas, Teledeporte).
El esquiador invidente será la gran baza de España para subir al podio. Sus seis medallas en anteriores Juegos le avalan, pero una lesión en el tendón de Aquiles le ha mantenido parado durante los últimos seis meses.
