Mandi y Sanabria hicieron los goles béticos
Nueva decepción del Betis. Derrota casera de los verdiblancos que, una vez más, han mostrado una tremenda fragilidad defensiva. Los nervios en la línea de cinco montada por Víctor se notaron desde que el árbitro dio inicio al partido. Un buen equipo como la Real Sociedad no ha desaprovechado la posibilidad de llevarse los puntos después de ponerse tres veces por delante en el marcador.
Demasiada tarea para los verdiblancos. Con Dani Ceballos luchando en solitario contra el mundo es imposible. El tremendo esfuerzo realizado por el canterano ha mantenido vivo al Betis durante muchos minutos. Pero sin que el resto lo acompañen, es muy difícil superar a equipos de la zona alta.
La Real Sociedad tiene jugadores con bastante calidad. Mueven con rapidez la pelota algo que suele hacer daño a equipos como el Betis actual. Pero la forma de ser del equipo de Eusebio también tiene sus cosas buenas para el rival de turno. No aprietan mucho en el centro del campo, y si la presión ejercida es alta terminan regalando alguna pelota en zonas comprometidas. El problema es que, en la primera parte, el Betis salió perdedor a la hora de hacer balance.
Para empezar, el equipo de Víctor salió desenchufado. Sin la tensión mínima que se pide para jugarse los puntos en Primera división. Sólo así se entiende que a los diez segundos de juego tuviera la Real su primera llegada. No hubo que esperar mucho más.
Bautista, el único recurso de los blanquiazules ante las bajas en ataque, controló y superó a Adán aprovechándose de la pasividad de toda la defensa bética. Demasiado pronto tocaba empezar a remar con el viento en contra.
Pero una sucesión de saques de esquina permitió a los verdiblancos empatar gracias a un remate acrobático de Mandi. La temprana lesión de Jonas llevó a Víctor a modificar el dibujo inicial. Sanabria, que se había quedado fuera tras marcar en Málaga, al campo. Dos delanteros.
Pero el juego del Betis era demasiado estático. Por entonces todavía no había aparecido en acción Ceballos para revolucionar algo la circulación de pelota. Para colmo, un resbalón de Pezzella dio paso al enésimo balón que se paseaba sin problemas por el área bética. Xabi Prieto, con su calidad, la puso dentro. Pese a todo, el partido estaba abierto.
La Real siguió a lo suyo en el arranque de la segunda parte. Tocando y tocando esperando su oportunidad. Mientras, Ceballos decidió abrir al máximo su radio de acción. Pero se necesitaba más. Sobre todo de los futbolistas llamados a ser decisivos. Sanabria se estrelló con el larguero y poco después apareció al que todo el beticismo lleva esperando desde hace semanas, Rubén Castro.
El canario se fabricó una buena internada y sacó un centro medido que Sanabria, ahora sí, remató a la red. 25 minutos por delante y una grada encendida que soñaba con alcanzar la victoria. Pero la remontada quedaba más lejos de lo que parecía. Víctor decidió mover ficha, pero la entrada de Joaquín por Petros alteró el dibujo de nuevo y despistó al resto del equipo.
Y encima, sin apenas tiempo para organizarse, otra llegada de la Real acabó en fallo defensivo que Xabi Prieto no desaprovechó. Ahí se acabó todo. 20 minutos sin nada que hacer. Queda claro que lo de ganar dos partidos seguidos es algo imposible para el Betis.
